Los contrabandistas de túneles se enriquecen con el bloqueo israelí a Gaza

El bloqueo israelí a Gaza castiga la vida del millón y medio de palestinos que viven en la franja pero hay unos pocos que se benefician del asedio: los que controlan el floreciente negocio de los túneles de contrabando desde Egipto.
Es el caso de Abu Mohamed, propietario de varios de los cerca de 200 túneles que comunican este territorio palestino con el egipcio desierto del Sinaí y por los que cada día atraviesan alimentos, tabaco, armas e incluso personas.

Este 'empresario' explica que, desde que empezó el comercio a través de los subterráneos, su familia 'vive en un gran chalet en el sur de Gaza', y ha comprado 'varios huertos y campos de limoneros, olivos y guayabas'.

Aunque ilegales y condenados tanto por Israel como por Egipto, los túneles permiten un respiro a la población de Gaza, que soporta desde hace más de un año un duro bloqueo israelí que deja entrar en la franja alimentos y combustible con cuentagotas.

El prestigioso diario israelí Haaretz valoraba esta semana el comercio a través de los túneles en 20 millones de dólares al mes, citando cifras del movimiento islamista Hamás, que gobierna este territorio desde que tomó el poder por las armas en junio de 2007.

Esa fuente asegura que Hamás saca un alto rendimiento a esas grutas que, además de aliviar el cerco, le proporcionan beneficios 'contantes y sonantes', ya que cobra un impuesto por los bienes que las cruzan.

Las distintas milicias armadas palestinas que actúan en la franja también se benefician de los subterráneos, por los que reciben armas, explosivos y dinero de sus apoyos en el extranjero, especialmente en Irán y Siria.

Israel asegura que por los túneles entra una cantidad significativa de rifles automáticos, granadas propulsadas por cohetes, lanzadoras, munición y diversos explosivos, y acusa continuamente a Egipto de no esforzarse lo suficiente para acabar con este contrabando.

Las críticas israelíes y la amenaza de EEUU de congelar ayudas militares por valor de 200 millones de dólares si la situación continúa han conseguido que, en las últimas dos semanas, Egipto actúe con mayor dureza contra este tipo de tráfico.

Durante este tiempo las fuerzas de seguridad egipcias han localizado, cerrado y comenzado a destruir alrededor de 40 túneles, en los que se han confiscado grandes cantidades de combustible, comida y cigarrillos.

'La mitad de la población de la ciudad de Rafah (sur de Gaza) vive del contrabando. Si los túneles desaparecieran, miles de familias morirían de hambre', dice Mohamed, que asegura 'rezar cada día para que Egipto no nos los cierre'.

Otro contrabandista, Adel, propietario de una red de pasadizos subterráneos, se muestra más tranquilo con el nuevo celo egipcio y asegura que no importa cuantos túneles destruyan ya que 'fácilmente se excavan nuevas entradas para acceder al mismo pasaje'.

'Los egipcios han destruido un túnel casi a diario pero, a pesar de ello, el contrabando prácticamente no ha disminuido en volumen', relata Adel, seguro de que los esfuerzos egipcios 'podrán retrasar los envíos, pero no los suspenderán'.

Lo que si preocupa a este y otros contrabandistas de la franja son los nuevas fórmulas que, afirman, emplea Egipto en su guerra contra los pasadizos.

El ministro de Interior de Gaza, Ihab al Ghusein, acusa a El Cairo de emplear 'métodos peligrosos', como inundar los pasadizos con agua o gases venenosos, o destruirlos mientras hay gente dentro.

Ghusein condena con dureza la lucha contra los túneles desde el otro lado de la frontera pues, según él, 'pone en peligro a palestinos que necesitan bienes básicos'.

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