España expulsó ayer al embajador sirio en Madrid, Hussam Edin Aala, al que daba un plazo de 72 horas para abandonar el país, y le declaró 'persona non grata' en protesta por la masacre perpetrada por el régimen de Bashar al Assad en Hula. El Gobierno descarta sin embargo y 'por ahora' una intervención militar en Siria dado que Rusia y China se oponen y su consentimiento es clave para el aval de Naciones Unidas.
Además de Edin Aala, España decidió expulsar también del país a otros cuatro miembros de la Embajada siria en Madrid, que deberían salir de España en el mismo plazo de 72 horas del que disponía el embajador. España manifestaba así al régimen sirio su 'firme rechazo a la escalada de violencia perpetrada contra la población civil'.
COORDINACIÓN
La medida fue tomada en coordinación con países socios como EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Canadá y Australia, que también expulsaron a sus respectivos embajadores de Siria. En medio de esta creciente presión diplomática, el presidente francés, François Hollande, no excluyó ayer la posibilidad de llevar a cabo una intervención armada en Siria para poner fin a la represión del régimen del presidente sirio, siempre y cuando esté coordinada por el Consejo de Seguridad de la ONU. 'La intervención armada no está excluida a condición de que se haga mediante una decisión del Consejo de Seguridad. Hay que convencer a China y a Rusia', indicó Hollande.
Por su parte, el enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, exigió ayer al presidente del país durante su encuentro en Damasco que tome 'medidas audaces ahora y no mañana' para implementar su plan de paz, cuyo éxito el presidente sirio condicionó al fin del 'terrorismo'. Al Assad se mantuvo enrocado en su postura de acusar a 'grupos terroristas' y Annan reconoció que 'el plan de paz no se está aplicando como debería'. 'Queremos ahora acciones y no meras palabras', subrayó el mediador internacional tras reunirse con el mandatario sirio, al que pidió que frene las operaciones militares cuanto antes, permita las manifestaciones pacíficas y libere a los detenidos.
COORDINACIÓN
La medida fue tomada en coordinación con países socios como EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Canadá y Australia, que también expulsaron a sus respectivos embajadores de Siria. En medio de esta creciente presión diplomática, el presidente francés, François Hollande, no excluyó ayer la posibilidad de llevar a cabo una intervención armada en Siria para poner fin a la represión del régimen del presidente sirio, siempre y cuando esté coordinada por el Consejo de Seguridad de la ONU. 'La intervención armada no está excluida a condición de que se haga mediante una decisión del Consejo de Seguridad. Hay que convencer a China y a Rusia', indicó Hollande.
Por su parte, el enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, exigió ayer al presidente del país durante su encuentro en Damasco que tome 'medidas audaces ahora y no mañana' para implementar su plan de paz, cuyo éxito el presidente sirio condicionó al fin del 'terrorismo'. Al Assad se mantuvo enrocado en su postura de acusar a 'grupos terroristas' y Annan reconoció que 'el plan de paz no se está aplicando como debería'. 'Queremos ahora acciones y no meras palabras', subrayó el mediador internacional tras reunirse con el mandatario sirio, al que pidió que frene las operaciones militares cuanto antes, permita las manifestaciones pacíficas y libere a los detenidos.
