La nueva elección del presidente de los Estados Unidos ha sorprendido a locales y foráneos. La inesperada decisión de los estadounidenses ha desencadenado la originalidad en las redes sociales
Mientras en Estados Unidos los muros de Facebook se despertaban con sentimientos contrarios sobre la elección de Donald Trump del 45º presidente de la locomotora económica del mundo, en Rusia, Putin comía palomitas observando como los estados más importantes apoyaban al candidato republicano. Cada vez que iban apareciendo más estados marcados en rojo, el sabor de los snacks del líder ruso parecía tener más intensidad.
El símbolo más emblemático de los Estados Unidos se quedó de piedra al ver las portadas de los diarios norteamericanos. Reaccionó tarde y cuando lo hizo se lamentó llevando las manos a la cabeza preguntándose: "Y, ¿ahora qué?". Entre tanta incertidumbre social, política y económica, la Estatua de la Libertad vio el discurso de Donald Trump, ya presidente, escondida detrás de su pedestal. Desde los medios turcos también la caricaturizaban, sentada llorando a lágrima tendida. Entre tanto, esta maravilla del mundo pensó en hacer las maletas a Francia, el país que la creó, pero tras la calificación de Marine Le Pen como "la elección de Trump es la victoria de la libertad" decidió quedarse inmóvil tras el pedestal para que nadie la viese.
Desde el océano Atlántico hasta el Pacífico. Un proyecto económico de miles de millones de euros y una idea de parar la inmigración. Donald Trump ya ha empezado con sus guantes, sus rodilleras y su nivel a construir el muro en la frontera mexicana y estadounidense. De momento son escasos metros los separados entre ambos países, pero Trump tiene tiempo, al menos cuatro años para terminar su propuesta política. Alrededor de 3.185 kilómetros separan desde el punto del pacífico hasta el otro extremo de la frontera. Le llevará tiempo, pero tiene 1.461 días.
Otros memes han sido más originales y han hecho lírica con el apellido del nuevo presidente de los Estados Unidos o montajes como el del norcoreano Kim Jon-un con el pelazo del republicano. De tal palo tal astilla.
Hillary Clinton no se lo podía creer. Tanto que su aparición pública ante los medios de comunicación y sus votantes tardó unas horas. La candidata demócrata cogió el lápiz y la goma de borrar e intento buscar una excusa lógica ante la ciencia exacta que son las matemáticas. "¿Qué pasó?", se preguntó. Los problemas no tenían resultados exactos y la republicana sentenciaba: "No entiendo cómo pudo pasar. ¿Cómo?"