El ministro español respaldará las gestiones de la Iglesia Católica sobre disidentes encarcelados

Moratinos vuelve a Cuba para apoyar la liberación de presos

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, empezó ayer su tercera visita a Cuba, esta vez para 'acompañar' el diálogo entre el Gobierno de Raúl Castro y la Iglesia sobre los presos políticos y con el objetivo de 'obtener resultados'. Con su nuevo viaje a La Habana -el segundo en menos de un año- Moratinos se propone apoyar el inédito proceso abierto entre el régimen cubano y la jerarquía católica de la isla, según explicó ayer el propio ministro en Madrid, horas antes de partir a Cuba.
De momento, los principales frutos de ese diálogo -confirmado oficialmente el 19 mayo con una reunión entre el presidente Raúl Castro y las autoridades católicas cubanas- han sido la excarcelación de un preso gravemente enfermo, Ariel Sigler, y el acercamiento de otros 12 a penales de sus provincias de origen.

Moratinos llega a la isla recién finalizada la presidencia española de turno de la UE, que en lo relativo a Cuba concluyó con la decisión de posponer la revisión de la llamada 'posición común' hasta septiembre para dar margen a posibles avances en las gestiones de la Iglesia. Precisamente, el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE ha encargado a Moratinos la tarea de seguir ese proceso de diálogo.

Fuentes diplomáticas europeas en La Habana calificaron de 'totalmente oportuna y positiva' la visita del jefe de la diplomacia española. Así, resaltaron que lo que se pretende es dar apoyo, acompañamiento y visibilidad al diálogo pero sin interferir en una negociación que, según insiste la Iglesia, se lleva a cabo entre instituciones cubanas.

Entre la disidencia interna, la visita se valora positivamente pero muchos opositores son escépticos con sus resultados y con la voluntad del régimen cubano para excarcelar a los presos políticos. Moratinos permanecerá hasta última hora del próximo miércoles en la isla, donde se reunirá con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, y el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, principal interlocutor con el Gobierno.

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