La comisión de la ONU que investiga la represión urge el fin de la violencia para evitar la guerra civil

La oposición siria denuncia una nueva masacre en Homs

Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, durante la última reunión sobre Siria. (Foto: JUSTIN LANE)
Horas después de que el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, se reuniera con Bashar al Assad con el fin de buscar un acuerdo acerca de un cese al fuego, un total de 45 cadáveres, en su mayoría mujeres y niños, fueron encontrados apuñalados y quemados en el distrito de Karm al Zeitoun, en Homs. Además, una explosión de un coche bomba frente a un instituto femenino en la ciudad de Deraa dejó al menos tres fallecidos, mientras otras fuentes informaron de la muerte de una niña y al menos 25 heridos.
Decenas de civiles fueron asesinados a sangre fría en la ciudad de Homs, unos de los principales epicentros de las protestas contra el régimen de Bashar al Assad y de la represión de éste, según anunciaron activistas opositores y los medios estatales, que responsabilizaron a la otra parte de lo ocurrido.

Sin embargo, las autoridades sirias aseguraron que 'grupos terroristas' secuestraron a familias en algunos barrios de Homs. 'Los grupos terroristas armados secuestraron a decenas de civiles en la ciudad de Homs, en el centro de Siria, los asesinaron y mutilaron sus cuerpos y lo filmaron para mostrarlo en los medios de comunicación', informaron.

Por su parte, el presidente de la comisión de la ONU que investiga las violaciones de derechos humanos en Siria, Paulo Pinheiro, dijo ayer que la situación en el país es cada vez más desoladora y urgió a 'romper el ciclo de la violencia' para evitar que la confrontación armada llegue a una guerra civil.

Al presentar ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas el último informe sobre Siria, Pinheiro denunció que la situación es cada vez más precaria no sólo en la provincia de Homs sino también en Idlib, Hama, Daraa y muchos puntos del país.

EE.UU Y RUSIA MANTIENEN CRITERIOS DISTINTOS

Estados Unidos y Rusia volvieron a dejar claras ayer en la ONU las 'líneas rojas' que les separan en relación a la crisis siria y que impiden al Consejo de Seguridad romper su silencio sobre la represión contra los civiles, mientras Naciones Unidas intentó lanzar un nuevo llamamiento a la unidad. Los jefes de la diplomacia de EEUU, Hillary Clinton, y de Rusia, Sergei Lavrov, mantuvieron un encuentro en la ONU, en el que coincidieron en que el fin de la violencia es la 'máxima prioridad', pero en el que quedó patente que, pese a lograr avances, el Consejo de Seguridad se ve condenado por el momento a la inacción. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió por enésima vez 'unidad' al órgano de decisión.

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