Los rebeldes congoleños del movimiento M23 se hicieron hoy con el control de la localidad de Sake, situada 30 kilómetros al oeste de Goma, después de que los soldados de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) se retiraran de la misma durante la noche.
Según confirmaron fuentes de la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUSCO), los rebeldes del M23 se encontraron con la resistencia de los Mai Mai, una milicia armada que apoya a las FARDC, al llegar a las colinas que se encuentran a las afueras de Sake, pero los insurgentes les hicieron retroceder.
Sin embargo, una vez llegaron hasta la localidad, no encontraron resistencia alguna, concretó a Efe el portavoz de la MONUSCO, Madnodje Mounoubai.
La toma de Sake se produce un día después de que el M23 se hiciera con el control de Goma tras varios días de combates en las cercanías de la urbe entre los insurgentes y las FARDC, apoyadas por la MONUSCO y milicias locales.
Hoy, tras un enfrentamiento inicial de los rebeldes del M23 con los Mai Mai en los alrededores de Sake, los milicianos que apoyan a las FARDC se retiraron hacia el sur.
Mientras, los miembros del M23, que ayer ya se hicieron con el control de Goma, se dirigen ahora, según la fuentes, hacia la localidades de Kirolirwe y Kitchanga, al norte de la capital de Kivu del Norte.
Por su parte, el Ejército del Congo indicó que el jefe del Estado Mayor de las FARDC, Didier Etumba, tiene previsto llegar hoy de Bukavu, en la provincia de Kivu del Sur, a Beni, en Kivu del Norte, donde el gobierno provincial ha establecido su sede desde la caída ayer de su capital, Goma.
Aunque los rebeldes del M23 tomaron ayer Goma, las fuerzas de la MONUSCO aseguraron hoy que sus efectivos siguen estando en control del aeropuerto de la ciudad.
El M23 lo forman soldados congoleños amotinados y supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y contra la humanidad.
Los rebeldes se sublevaron el pasado abril para protestar por la pérdida de poder que había impuesto el Ejecutivo de Kinshasa a su líder, y reclaman nuevas negociaciones con el Gobierno.
La RDC está inmersa aún en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegada la mayor misión de paz de la ONU.
