Los vecinos que utilizan la parada de autobús en la calle que va por detrás de la Estación Empalme llevan tiempo demandando una marquesina que les ayude a resguardarse en los días de lluvia y del sol en verano.
Y, de paso, les separe de los olores que tienen que soportar de los contenedores. Prometer se la prometieron, pero parece que se hace de rogar.