Una llamada telefónica avisó de un asalto que no llegó a producirse
Una llamada telefónica puso en alerta a la Guardia Civil de Carballiño sobre la posibilidad de un atraco en la sucursal de Abanca. Una mujer llamaba al cuartel poco antes de las dos de la tarde de ayer informando de que su hijo podría intentar atracar la entidad bancaria.
En seguida se formó un dispositivo de cinco agentes y varios vehículos, al mismo tiempo que comunicaban con la Policía Local de Carballiño solicitando apoyo, y que también aportó otros cinco agentes. El operativo policial se distribuyó por el centro urbano, en el entorno de la calle principal de la villa, entre Rosalía de Castro, Tomás María Mosquera y otras cercanas, incluidas las galerías Magariños, estableciendo la vigilancia del banco y para la búsqueda del supuesto atracador.
Asimismo, las fuerzas de seguridad instaban a la sucursal a cerrar sus puertas al público como medida preventiva. A las 14,15 horas, ya con las oficinas cerradas, se mantuvo la búsqueda unos minutos más hasta que se daba por finalizada a la vista de que los agentes no observaron nada sospechoso.
En consecuencia, concluían que había sido todo una falsa alarma, si bien la Policía Local no pudo precisar si había sido localizada la llamada que había recibido la Guardia Civil o si se conocía la identidad de la mujer que generó la alarma. Por su parte, la Guardia Civil declinó facilitar la información, puntualizando que se investigará lo ocurrido.
Los sorprendidos de todo el despliegue policial fueron los vecinos de Carballiño. "Sabíamos que algo pasaba en Abanca, porque había guardias y policías locales por todo el centro", apuntaba un testigo presencial. No obstante, tampoco se confirmó ayer si la posibilidad del atraco fue real o si, por el contrario, fue una llamada sin ningún fundamento.
