Sucesos

En libertad el carballiñés acusado de una violación

photo_camera Un agente de la Guardia Civil (EFE).
Argumentó que la relación que mantuvo con la víctima fue consentida

El vecino de Carballiño, M.A.V., de 65 años, detenido en la  tarde del pasado jueves después de que una vecina de la ciudad, de 39 años, denunciara que la había violado, quedó en libertad tras prestar declaración en el Juzgado Mixto 1 de la villa del Arenteiro, aunque en calidad de investigado.

El sexagenario, según fuentes de la investigación, reconoció que mantuvo una relación sexual con la víctima pero, según su testimonio, fue consentida. Argumentó que en ningún momento la obligó a acostarse con él ni tampoco para que lo acompañara a su vivienda, situada dentro del mismo casco urbano de la villa del Arenteiro.

La agresión sexual, según denunció la víctima, se produjo nada más comenzar la madrugada del pasado domingo día 1, cuando la mujer, vecina de Ourense, lo acompañó a su vivienda porque se sentía mal. Argumentó que se abalanzó sobre ella sin darle tiempo a defenderse.

La víctima fue sometida a un reconocimiento médico en el Complejo Hospitalario de Ourense (CHUO), pero no trascendieron datos. Ayer, según las mismas fuentes, ratificó la denuncia que presentó al día siguiendo de los hechos ante la Guardia Civil, que en los últimos dos días recabó y contrastó datos con el objetivo de esclarecer la supuesta agresión sexual. Los investigadores practicaron a primera hora de la mañana de ayer nuevas diligencias en el entorno de la vivienda.

Agresor de Xinzo

La supuesta violación se conoció horas después de que un vecino de Xinzo quedara en libertad, también calidad de investigado, después de que abordará con los genitales en la mano a dos jóvenes, a las que agarró con fuerza, durante el Petardazo que inició el Entroido en la villa.

El presunto agresor, según fuentes del Instituto Armado, está siendo vigilado al ser una persona conflictiva. El hombre, identificado como J.M.R., de 52 años, no tiene antecedentes por   delitos sexuales, pero su violencia, sobre todo con las personas de su entorno, no es la primera vez que obliga a intervenir a la Guardia Civil. 

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