San Wintila regresó a Punxín con su carro de vacas

La procesión de San Wintila incorporó este año la novedad de trasladar la imagen en un carro tirado por vacas desde la iglesia parroquial de Punxín hasta el campo de la fiesta.

Los vecinos de Punxín recuperaron su tradicional fiesta en honor al ermitaño San Wintila y lo hicieron con una novedad que pretenden instaurar como tradición y que recuerda la leyenda sobre su fallecimiento, en el año 890, cuando un carro tirado por dos bueyes cargado con el sarcófago, decidió en donde se construiría la iglesia, en la que todavía están hoy sus restos. 

Así, con la idea de dar un impulso a la romería de San Wintila, en declive en los últimos años, según apuntaba el portavoz de la comisión de fiestas, Jonatan Veiga, tuvo lugar una peculiar procesión, con la imagen del santo en un carro, en este caso tirado por vacas, y seguido de curas y feligreses, acompañado también por la charanga Europa. Realizó el recorrido desde la iglesia, de cuyo interior sacó el carro, no sin esfuerzo, un grupo de personas, para enganchar a los animales y así dirigirse al campo de la fiesta. Allí se celebraba la misa y una comida bajo carpa.

La idea había surgido en 2019 con el fin de llevarla a la práctica al año siguiente, pero se vio truncada por la pandemia hasta que ahora se ha recuperado, tal y como explicaba Jonatan Veiga, que junto con Abel González, Antía Gómez y Ainan Vázquez, contando con el apoyo del párroco, José Víctor Bernárdez, son los artífices de la fiesta.

La celebración comenzaba el sábado y todavía continúa hoy, festivo local, con la tradicional ofrenda a San Wintila. Los feligreses llevan a la iglesia animales como conejos y gallinas, y productos agrícolas para agradecer los favores del ermitaño. Posteriormente, se subastan en el atrio para acabar con pinchos y verbena en el campo de la fiesta. 

En este día del patrón de los animales y del campo, habrá misas desde las 09,00 horas, la misa solemne y procesión, a las 13,00 horas, cantada por el Orfeón de Carballiño.

Camión atorado

El camión de la orquesta Saudade, encargada de amenizar la verbena, quedó atascado durante varias horas en el camino de acceso al campo de la fiesta. Primeramente se intentó arrastrar con dos pequeños camiones enganchados con cables, aunque finalmente se necesitó un potente tractor para conseguirlo.

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