La investigación descarta una banda organizada y se centra en una persona que sólo sustrae objetos de oro y dinero en metálico

Un solo individuo sería el autor de ocho robos en viviendas de Carballiño el último año

José Moleiro muestra los estuches donde guardaba parte de las joyas. (Foto: Martiño Pinal)
Los agentes de la Policía Judicial indagan sobre la pista de una única persona como responsable de los ocho robos de joyas de oro y dinero registrados en viviendas del casco urbano de Carballiño desde el mes de junio del pasado año.
La ola de robos de joyas y dinero en viviendas que se viene registrando en el casco urbano de la villa del Arenteiro desde el pasado año no se atribuye a una banda organizada, sino que la comisión de estos delitos correspondería supuestamente a un único individuo. Al menos esa es la orientación actual que dibujan los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil en sus investigaciones, tal y como pudo saber este diario de fuentes solventes.

Así, las pesquisas se centran en una persona que vive en un municipio de la comarca carballiñesa y que -según las mismas fuentesestá siendo objeto de un seguimiento especial, teniendo en cuenta sus antecedentos por presuntos delitos de estafa. Los responsables de la investigación descartan que este individuo lleve a cabo sus acciones delictivas -robo con daños en inmuebles en compañía de cómplices, si bien aún desconocen cuál es el destino de las piezas sustraídas.

Y es que desde junio del pasado año, fueron denunciados ante la Guardia Civil un total de ocho robos en pisos habitados de Carballiño, con un botín aproximado de 60.000 euros, de ellos 40.000 en joyas (únicamente de oro) y el resto en dinero en metálico. El modo de actuación siempre es el mismo, ya que el presunto ladrón espera a que los inquilinos abandonen sus viviendas para forzar las puertas de acceso y así registrar todas las dependencias.

El último caso sucedió el pasa do miércoles en la vivienda de José Moleiro García. Este carballiñés valoró las joyas sustraídas en un mínimo de 25.000 euros, si bien tambíén se quedó sin 1.000 euros en metálico y otros 600 que su esposa cambió a dirhans marroquís para un viaje.

La desocupación de viviendas evita testigos

En todos los casos de robos denunciados, hay una característica común, y es que la vivienda elegida es prácticamente la única que está habitada del edificio. Así, la sustracción se comete en ausencia total de testigos, ya que el ladrón apro vecha que el inmueble está totalmente vacío. En este sentido, cabe destacar que José Moleiro vive en la quinta planta de una casa de 10 viviendas de la que sólo están ocupadas otras dos, y una de ellas también fue robada en 2008.



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