El bosque de Ridimoas, situado en el municipio de Beade, superó este año las 500 hectáreas de superficie con la adquisición de dos parcelas que suman entre ambas una hectárea. La asociación encargada de velar por la conservación de este espacio natural está integrada por 1.020 socios de distintos lugares de Galicia. La adquisición de tierras se iniciaba en 1976 con una pequeña parcela y desde entonces ha ido creciendo paulatinamente cada año.
La crisis económica y el coste del mantenimiento del bosque para preservarlo de los incendios y erradicar las acacias habían motivado el pasado año un acuerdo de la asamblea para destinar los fondos al mantenimiento del espacio natural y a la reconstrucción de un viejo inmueble con el fin de transformarlo en sede de la asociación. No obstante, fue necesario convocar una asamblea extraordinaria para modificar dicha decisión y comprar estas dos nuevas parcelas durante el presente ejercicio.
Los motivos han sido, según explicó el presidente de la entidad, Pablo Rodríguez 'Oitabén', en el caso de un viñedo, por los perjuicios que los corzos y jabalíes estaban ocasionando al propietario, accediendo al terreno y dañando las cepas. Ahora, la finca ha recobrado su estado original de hace años con la plantación de 30 alcornoque. Este terreno está en el límite del bosque, mientras que la segunda parcela que se adquirió ya estaba repoblada de árboles autóctonos y se encuentra ubicada en el interior del mismo paraje.
Con tal motivo, este año, en contra de las previsiones iniciales, se invirtieron 8.000 euros en la ampliación de una hectárea, bastante más que el pasado año en que se habían incorporado 634 metros cuadrados.
Finalmente, entre los proyectos inmediatos de la entidad medioambiental figura la contratación de un perito para establecer los límites con Leiro porque no están definidos.
Los motivos han sido, según explicó el presidente de la entidad, Pablo Rodríguez 'Oitabén', en el caso de un viñedo, por los perjuicios que los corzos y jabalíes estaban ocasionando al propietario, accediendo al terreno y dañando las cepas. Ahora, la finca ha recobrado su estado original de hace años con la plantación de 30 alcornoque. Este terreno está en el límite del bosque, mientras que la segunda parcela que se adquirió ya estaba repoblada de árboles autóctonos y se encuentra ubicada en el interior del mismo paraje.
Con tal motivo, este año, en contra de las previsiones iniciales, se invirtieron 8.000 euros en la ampliación de una hectárea, bastante más que el pasado año en que se habían incorporado 634 metros cuadrados.
Finalmente, entre los proyectos inmediatos de la entidad medioambiental figura la contratación de un perito para establecer los límites con Leiro porque no están definidos.
