OURENSE NO TEMPO

Calles de Auria: Rapagatos

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photo_camera A la izquierda, fotografía propiedad de Augusto Guedes (fotógrafo Augusto Pacheco). A la derecha, Fotografía del Archivo Histórico Provincial de Ourense.

Recuperar los viejos nombres de nuestras calles no es tarea fácil, dada la afición de nuestros gobernantes por modificarlos con frecuencia

Recuperar los viejos nombres de nuestras calles no es tarea fácil, dada la afición de nuestros gobernantes por modificarlos con frecuencia. Existen casos de más de ocho cambios, y rara es la calle que no ha tenido al menos tres. En Ourense no Tempo procuro recuperarlos y de paso recordar algunos datos de la “vida” de nuestras calles.

Este sonoro nombre de Rapagatos era el que tenía esta calle. También tuvo el de Pixotaria pero ese es menos musical. Unos años fue la calle de García Hernández, y hoy la conocemos como la calle San Miguel (supongo que será por el santo; lo del restaurante vino más tarde).

Tenemos referencias de esta calle (yo no las encontré anteriores) desde el siglo XIV. En ellas cuentan que allí se ubicaban las tiendas de venta de pescado, más o menos fresco, de ahí su nombre de Pixotaría; unos cuantos almacenes de carbón, tabernas, y de negocios poco más. De todas formas eran suficientes para que los días de lluvia, en la plaza Reina Isabel, al lado de la Fuente del Rey, (detrás de la Diputación), se formaran unos charcos de un color morado parduzco y con un "tufillo" altamente desagradable. ¡Ah!, perdón, me olvidaba: con el tiempo allí estuvo una de las mejores imprentas de la ciudad, la de Otero, y alguna cafetería de renombre , como el Café Regional; el largo de la calle no da para mucho mas. (Estoy mezclando épocas, pero sabréis comprenderlo.)

Se sabe también de la existencia allí en algún tiempo de una de las puertas de la ciudad (como tantas otras cosas en la ciudad se cree que "bailó" de sitio en varias ocasiones). Aún hoy continúa en pie la casa de los Armada o de María Andrea, la cual, según algún viejo escrito, insinúan que junto a la contigua (del desaparecido bar Miraflores), eran usadas por ciertos ciudadanos para eludir la puerta “oficial”, ya que en la muralla de la ciudad cohabitaban las entradas de algunos domicilios. (No puedo imaginar los motivos que tendrían esos caballeros para usar esas entradas alternativas; serían “especulaciones”.)

En este edificio que se ve en la segunda fotografía (le quedaba muy poco) estuvo lo que se llamaba un “figón” (no me atrevo a hacer comparaciones con ningún negocio actual), que venía a ser algo así como un restaurante popular, no el típico bar de tapeo, sino que comías con fundamento, pero eso sí, sin florituras y sin mirar mucho por la higiene del lugar.

Donde se ve el cartel "CLAUDIO", o muy cerca, vivieron los hermanos maristas a su llegadas allá por el 1908, y creo recordar que estuvo el negocio de Chicho, el del Ballet folclórico Ourensano. Allí compraba en mis años mozos los recortables de casas, castillos, etc., que luego con paciencia hacia mi madre o algún penitente que yo cogiera por banda; se podría decir que yo de aquellas era un promotor inmobiliario, lástima que no continuara con la afición.

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