El 90 por ciento de los locales del Centro Comercial Aberto Ourense Centro fueron escenario de actos vandálicos en el último año. Así se desprende de una encuesta que realizó el colectivo entre los asociados. Las principales gamberradas denunciadas son la rotura y rayado de cristales y graffitis en las fachadas.
Los comerciantes asociados al Centro Comercial Abierto Ourense Centro acaban de proponer al Concello la instalación de cámaras de seguridad en las calles para identificar y detener a las personas que se dedican a romper o rayar los cristales de sus escaparates y puertas o realizar pintadas en sus fachadas.
Los industriales están hartos de este tipo de gamberradas. Y la situación no es para menos, dado que, según se desprende de una encuesta que realizaron los responsables del colectivo, el 90 por ciento de los asociados sufrieron algún acto de vandalismo en el último año.
El Centro Comercial Abierto realizó la encuesta para reclamar medidas a las autoridades contra los ataques a los negocios. En total, entrevistaron a 274 comerciantes y de ellos un 90 por ciento sufrieron actos de vandalismo, que van desde la rotura y rayado de cristales a pintadas en las paredes. Otro 17 por ciento confiesa que fue víctima de hurtos en el último año.
Los negocios más afectados, según dio a conocer el Centro Comercial Abierto, son los que están en las calles Santo Domingo, Lamas Carvajal y la Paz. José Pérez tiene una tienda de ropa en Lamas Carvajal y durante el último año ya tuvimos que cambiar dos veces el escaparate. Los cristales los dejaron destrozados, señaló.
Pero no fue el único. Según se desprende de la encuesta, la mayoría de los titulares de negocios en las citadas calles sufrieron dos y hasta tres actos vandálicos en el último año. Le siguen los locales que hay en las calles Paseo, San Miguel, Concordia, Cardenal Quevedo, Progreso.
Los negocios de las plazas Maior, Trigo, Corregidor, Hierro y las calles Colón, Villar y Luna, entre otras del casco histórico, son los que registran menos actos de vandalismo pero más robos, que se producen mayoritariamente en los comercios de textil y menos en las joyerías y en los de artesanía.
Los comerciantes para evitar, tanto los actos de vandalismo como los robos, propusieron al Concello la instalación de cámaras de seguridad en las calles, pero mientras esto no ocurre, reclaman más presencia policial, sobre todo en las madrugadas de los fines de semana.
Los comerciantes han llegado a un acuerdo con una empresa privada para instalar cámaras de seguridad en el interior de sus negocios para frenar las gamberradas. A esta medida se acogieron ya 34 locales del casco antiguo.
Los industriales están hartos de este tipo de gamberradas. Y la situación no es para menos, dado que, según se desprende de una encuesta que realizaron los responsables del colectivo, el 90 por ciento de los asociados sufrieron algún acto de vandalismo en el último año.
El Centro Comercial Abierto realizó la encuesta para reclamar medidas a las autoridades contra los ataques a los negocios. En total, entrevistaron a 274 comerciantes y de ellos un 90 por ciento sufrieron actos de vandalismo, que van desde la rotura y rayado de cristales a pintadas en las paredes. Otro 17 por ciento confiesa que fue víctima de hurtos en el último año.
Los negocios más afectados, según dio a conocer el Centro Comercial Abierto, son los que están en las calles Santo Domingo, Lamas Carvajal y la Paz. José Pérez tiene una tienda de ropa en Lamas Carvajal y durante el último año ya tuvimos que cambiar dos veces el escaparate. Los cristales los dejaron destrozados, señaló.
Pero no fue el único. Según se desprende de la encuesta, la mayoría de los titulares de negocios en las citadas calles sufrieron dos y hasta tres actos vandálicos en el último año. Le siguen los locales que hay en las calles Paseo, San Miguel, Concordia, Cardenal Quevedo, Progreso.
Los negocios de las plazas Maior, Trigo, Corregidor, Hierro y las calles Colón, Villar y Luna, entre otras del casco histórico, son los que registran menos actos de vandalismo pero más robos, que se producen mayoritariamente en los comercios de textil y menos en las joyerías y en los de artesanía.
Los comerciantes para evitar, tanto los actos de vandalismo como los robos, propusieron al Concello la instalación de cámaras de seguridad en las calles, pero mientras esto no ocurre, reclaman más presencia policial, sobre todo en las madrugadas de los fines de semana.
Los comerciantes han llegado a un acuerdo con una empresa privada para instalar cámaras de seguridad en el interior de sus negocios para frenar las gamberradas. A esta medida se acogieron ya 34 locales del casco antiguo.
