Un acusado de tráfico de drogas alega que había 'más vendedores' en su edificio

José Ramón Iglesias Conde. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La Audiencia de Ourense juzgó ayer a José Ramón Iglesias Conde, de 43 años, por un delito de tráfico de drogas.
Según el fiscal, entre agosto y septiembre del 2006, el procesado se dedicaba a la venta de estupefacientes en el barrio ourensano de Covadonga. Durante estos meses, los agentes interceptaron, con distintas cantidades de heroína y cocaína, a seis personas que salían del inmueble en el que se ubicaba su vivienda, en el número cuatro de la calle Cibeles. En un registro efectuado el 7 de septiembre en su domicilio, el segundo derecha, la Policía halló un libro con restos de droga, 3,5 gramos de resina de cannabis, 0,147 de heroína y otros efectos.

El acusado, en prisión por otra causa, negó ayer los hechos que se le imputan. Alegó que las cantidades halladas en su casa 'son restos de haber consumido' y que en su edificio había 'tres pisos en los que se vendía'. La defensa argumentó, en este sentido, que en el mes de julio, 'un registro ya había determinado que en el segundo izquierdo se vendía droga'. La letrada de la defensa argumentó que dado que a la procesada por ese caso se le había concedido la libertad provisional, podría seguir vendiendo. Realidad que negó el fiscal.

El encausado, admitió, por otra parte, que algunas personas consumían en su piso a cambio de darle dinero y que 'lo invitaban a veces'. Precisamente, uno de los testigos, amigo del imputado, afirmó 'que compraba en el edificio y que a veces consumía en su piso. El fiscal, pidió que se le abrieran diligencias por falso testimonio ya que en la fase de instrucción había declarado que también 'compraba en el piso de Ramón'. Un inspector de Policía que compareció ayer, explicó que el acusado 'es una persona conocida en el mundo del trapicheo' y que 'desconocían' si la imputada en el registro de julio vivía en septiembre en ese edificio. Uno de los agentes que declaró ayer apuntó que 'no sabíamos a qué piso se dirigían, entraban y salían del portal'. El fiscal, pidió para el acusado cuatro años de cárcel al entender probado que vendía estupefacientes. La defensa, no obstante, solicitó su libre absolución y que, en el caso de un fallo condenatorio, se tenga en cuenta la demora en celebrarse el juicio.

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