Los cerca de setenta inquilinos del Seminario Mayor se enteraron del incendio accidental declarado en el edificio cuando vieron llegar a los bomberos a las diez y media de la mañana de ayer. El abundante humo, aunque era visibles desde prácticamente toda la ciudad, no fue perceptible para los profesores, alumnos u usuarios del geriátrico allí emplazado porque estaba muy localizado: en el tejado de una de las cuatro torres del edificio (la sureste). Un conducto de la caldera de la calefacción (chimenea de acero) recalentó la madera de castaño que recubre el techo de la torre, en una séptima planta, y provocó las llamas.
Al lugar de los hechos, acudió un amplio dispositivo formado por tres unidades de los bomberos, agentes de la Policía Local, Nacional y una ambulancia. Los bomberos emplearon al camión con autoescalera para llegar a la planta afectada. Pese a que las labores de extinción no fueron complicadas, sí lentas debido a que hubo que quitar las tejas manualmente para sofocar las llamas, valoró el jefe del operativo El falso techo de escayola de esa torre quedó inservible al tiempo que la sala de reuniones que hay en esa planta tuvo desperfectos por el agua.
El rector del Seminario, Ángel Mirón, aseguró que el incendio no afectó al normal desarrollo de la actividad docente en las dependencias destinadas al Seminario Menor, Mayor y al geriátrico. Según dijo, el fuego quedó perfectamente localizado en una de las torres, en cuya planta no había ocupación. La madera que recubre el techo, a su juicio, tenía que estar muy seca porque data del año 1952.
El rector del Seminario, Ángel Mirón, aseguró que el incendio no afectó al normal desarrollo de la actividad docente en las dependencias destinadas al Seminario Menor, Mayor y al geriátrico. Según dijo, el fuego quedó perfectamente localizado en una de las torres, en cuya planta no había ocupación. La madera que recubre el techo, a su juicio, tenía que estar muy seca porque data del año 1952.
