El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ajeno a los movimientos para acabar con su gobierno, sigue lanzando promesas antes de contar con el apoyo necesario. Ayer, el regidor firmó una providencia para iniciar los trámites para reducir en un 40% el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica en la ciudad, con el objetivo, dijo, de recuperar a los “exiliados fiscales” que se van a otros concellos donde este impuesto es más asequible.
En todo caso, la rebaja del impuesto debería ser aprobada por el pleno municipal para poder salir adelante. El alcalde dijo que contaba con hacerlo en el pleno del mes de julio. “Espero que todos voten a favor, no podría ser de otra forma en una época de crisis. Tenemos que aliviar el bolsillo de los ciudadanos”, apunto Jácome. Además, esto “debería contribuir al retorno de gran parte de exiliados fiscales”, aventuró.
El objetivo del regidor es evitar el “posible dumping fiscal” que asegura que hacían otros concellos, al poner al mínimo el impuesto. “Muchos lo hacen para captar censo”, manifestó. Así, asegura que el próximo año será igual el coste de tener un vehículo en la ciudad que en otros concellos de la provincia. Esta decisión tendrá una contrapartida en las cuentas municipales, ya que se dejarán de recaudar dos millones de euros, si bien Jácome dijo que “al tener tanto dinero de remanente” eso no es un problema. La actual recaudación por este concepto tributario ronda los 5 millones de euros, según el Concello.
