Una pequeña calle del casco antiguo de la ciudad, denominada Rúa San Quintín (transversal a Hernán Cortés, junto a la Praza do Trigo, fue cortada al tráfico peatonal ante la amenaza de la caída de cascotes procedentes de un edificio en ruinas. Dos vallas y sendas cintas de la Policía Local impedían el paso por el lugar para evitar accidentes.
El edificio en mal estado tiene ya una valla para impedir la caída de los materiales de construcción, pero el riesgo sigue siendo evidente, a juzgar por la medida disuasoria adoptada por el Concello de Ourense.