La Guardia Civil lo localizó al fondo de un barranco, cerca de Outariz

El anciano desaparecido murió la noche del lunes

Momento en el que el operativo rescate el cuerpo. (Foto: JOSÉ PAZ)
El operativo de búsqueda articulado en torno al vecino de Ourense desaparecido el pasado domingo por la tarde, Andrés Cadaya Diéguez (85 años), lo localizó muerto pasadas las doce del mediodía de ayer.
Una patrulla del Servicio de Protección da Natureza (Seprona) de la Guardia Civil lo halló oculto entre maleza al fondo de un barranco situado entre la vía del tren y la N-120, muy cerca del área termal de Outariz. La zona en la que fue localizado el cuerpo sin vida era de difícil acceso y estaba oculta entre maleza, de ahí que no fuera avistado desde el helicóptero que sobrevoló la ciudad el pasado lunes. Según el jefe de Protección Civil, Manuel Fernández, el terraplén tiene una altura de casi 20 metros y hay abundante maleza.

Una ambulancia medicalizada del 061 se desplazó hasta el lugar, pero los sanitarios sólo pudieron certificar la muerte. A falta de completar el informe de la autopsia, la víctima murió por causas naturales, una conjunción de factores, entre los que resultó decisivo la caída y el frío (hipotermia), además de la avanzada edad, para sufrir una parada cardiorrespiratoria. Los forenses, según comunicaron a la familia, descartaron la muerte por causas violentas y sitúan el fallecimiento a última hora del lunes. La víctima había hablado por última vez con su familia a las tres de la tarde de ese día. En esa breve comunicación, sólo alcanzó a decir que había vegetación a su alrededor y que no veía agua, e incluso destacó el hecho de que la zona no estaba iluminada por la noche. Esa, al parecer, fue la comunicación decisiva para saber que el anciano había sufrido un accidente al precipitarse por un barranco.

El dispositivo de búsqueda estuvo conformado por cerca de 30 personas que incluso batieron el área entre Reza y Outariz en la noche del lunes. Ayer, a las nueve de la noche, policías locales, nacionales (la víctima era el padre de un agente de este cuerpo, pero destinado en la ciudad de Vigo), bomberos, guardias civiles y Protección Civil se dieron cita en la sede de este último colectivo para elaborar un plan de trabajo con el que 'peinar' otra vez la ciudad. Esta última se delimitó por cuadrículas, ampliando el rastreo a la zona del Barbaña.

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