Cándido Rodríguez trataba de conseguir 700.000 euros para poder reflotar una empresa textil

Dos años de cárcel por pedir un crédito a punta de pistola

Cándido Rodríguez, a la derecha, en el rellano del Juzgado de lo Penal 1 de Ourense. (Foto: MIGUEL ´ÁNGEL)
Visiblemente más recuperado, después de haber estado retenido durante un año en China por impagos a proveedores textiles, el empresario Cándido Rodríguez Eiró (60 años) compareció en el Penal 1 de Ourense para rendir cuentas pendientes antes de ese contratiempo internacional.
Tenía pendiente un juicio por un delito de amenazas y tenencia ilícita de armas, por los que el ministerio fiscal reclamaba en su escrito de calificación provisional tres años y medio de cárcel. El letrado del inculpado llegó a un acuerdo con la fiscal lo que evitó la vista oral, de forma que será condenado a dos años de prisión (uno por cada delito).

El proceso penal que condujo a Rodríguez Eiró al Pazo de Xustiza en la mañana de ayer arranca de una historia de desesperación por intentar obtener línea de crédito para salvar a su empresa, Grupo 3 Fashion. El inculpado se dirigió a una entidad bancaria de la céntrica calle Xoán XXIII el 2 de diciembre de 2010. Pero la entrevista que mantuvo con el director, con quien negociaba una operación crediticia de 700.000 euros, no fue como esperaba y, en un momento dado, sacó de un maletín un revólver que puso encima de la mesa del despacho. El miedo que suscitó en el trabajador del banco esta actitud hizo que redactara un documento de constitución de una hipoteca en los términos que deseaba el industrial textil, aunque no consiguió los 700.000 euros requeridos.

El revólver que llevaba consigo, del calibre 38 especial, se encontraba en buen estado de funcionamiento pero no estaba amparada legalmente para hacer uso de ella.

Ayer fue la segunda vez que el Penal 1 señalaba el juicio, ya que en la primera ocasión que lo hizo tuvo que posponerlo porque Cándido Rodríguez Eiró estaba retenido en China. Acudió al país asiático el pasado año a explicar personalmente a sus proveedores que no podía atender los pagos que adeuda en los plazos comprometidos. Aparentemente, mostraron comprensión, pero, al tratar de coger el avión que iba a traerle a España, la Policía le detuvo ya que habían interpuesto una denuncia contra él. El empresario no pudo salir de China hasta transcurrido un año, lo que le provocó problema de salud .

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