El enlace reduce en 6,5 kilómetros la conexión con la autovía, mejorando la conectividad con Celanova
La Xunta inicia los trámites de expropiación de los terrenos para construir el vial de conexión de la autovía A-52 con el Polígono industrial de San Cibrao. Así se lo comunicó ayer la delegada territorial del Gobierno autonómico en Ourense, Marisol Díaz, al alcalde del municipio, Manuel Fernández. "O Goberno galego dá un paso máis na tramitación deste proxecto tan demandado pola veciñanza e empresarios da zona, o que permitirá avanzar na súa construción", indicó Díaz. En este sentido, el Diario Oficial de Galicia publica hoy la licitación del contrato, estableciendo el 18 de mayo como fecha límite para la presentación de ofertas.
El regidor, por su parte, destacó la importancia de este proyecto. "É unha obra que demandaron dende a asociación de empresarios do Polígono de San Cibrao. Beneficia ás empresas para que poidan desplazar o material que fabrican e recibir a materia prima. Tamén aos traballadores que acceden da parte de Celanova e Allariz". Precisamente, 8.000 empleados trabajan en las 500 empresas instaladas en el Polígono.
Con el nuevo vial, que pasará también por el concello de Taboadela, se reducirá el recorrido de conexión con la autovía en un 66%, pasando de 11 a 4,5 kilómetros. Además, se mejorará la conectividad con la autovía de Celanova.
En cuanto a los plazos, el alcalde prevé que entre finales de 2018 y principios de 2019 empiece la contrucción del vial.
Afectados
"Estoy arruinado. Tengo una denuncia de construcciones Jofer. Me reclama 120.000 euros", explicaba ayer Carlos Outeiriño, miembro del cuerpo de bomberos de Ourense y promotor del camping en San Cibrao. Es uno de los afectados por el trazado, que afecta a 11.000 metros cuadrados de su finca, de 20.000. Este vecino inició en octubre de 2016 una recogida de firmas buscando apoyos. "Hay mil y pico vecinos que no quieren este vial. La asociación empresarial de transporte de mercancías por carretera de Galicia (Apetamcor), tampoco", añade.
Por su parte, el alcalde de San Cibrao, Manuel Fernández, reconoce su malestar. "Entendo que se sinta perxudicado pero cando tes unha finca rústica, estas cousas soen pasar. Dende o Concello sempre lle pedín á Consellería de Infraestruturas que non houbese derribos de vivendas e, por suposto, non as hai".
