‘El artesano es un artista mal pagado’

Agustín Vázquez Ferreiro, ganador del Premio Antonio Fraguas de A Coruña, analiza el panorama de la artesanía tradicional en Ourense y de la cerámica de Niñodaguía.

El artista Agustín Vázquez Ferreiro lleva el oficio de alfarero en sus venas. Hijo de artesanos ourensanos ha dedicado la mayor parte de su vida a la artesanía tradicional. Actualmente, es considerado uno de los íconos más importantes de la cerámica tradicional de Niñodaguía. La semana pasada, Vázquez obtuvo el primer premio en el certamen Antonio Fraguas de A Coruña.

¿Qué es lo más satisfactorio de recibir el premio Antonio Fraguas?

Lo que más me llena es el saber que de alguna forma se está reconociendo la labor de los viejos alfareros artesanales, Parece que a este oficio se le tiene como algo sólo utilitario, y eso es un error, pues va más allá de eso, este oficio es un arte.

La obra con la que ganó el certamen, se llama ‘Ola de graxa’ ¿qué destacaría de la creación?

Es una pieza de cerámica vidriada en forma de jarra con dos asas y con un borde cilíndrico. Además, la pieza tiene una función utilitaria específica: la de guardar la grasa de los animales después de la matanza y para almacenar chorizos en su propia grasa.

En el certamen participaron 55 autores con más de 190 obras, hubo una gran competencia.

Sí, la verdad es que el concurso reunió a muchos talentos de Galicia y España. Por mi parte, debo decir que mi partici pación se debe a la invitación que me hizo el presidente de la Asociación de Artesanos de Galicia. En concreto, yo presenté seis piezas al concurso, y al final tuve suerte y resulté ganador en la categoría de mejor pieza artesanal tradicional.

¿Cómo fueron sus inicios?

Toda mi familia se ha dedicado a la artesanía. Mi padre trabajo básicamente la cerámica de ladrillo. Yo aprendí el oficio cuando tenía 11 años. Recuerdo que participé en algunas ferias artesanales como en la Romería de los Milagros en Baños de Molgas. Sin embargo, fue hasta hace 14 años, cuando aprendí a amar realmente a la artesanía, pues descubrí todo su valor al visitar por primera vez la Feria de Artesanía de A Coruña ‘Alfaroleiros’.

¿Qué diferencias existen entre la artesanía de Niñodaguía y la del resto de Galicia?

En primer lugar el color, utilizamos principalmente el blanco y amarillo. También por la calidad del barro, pues la coción se realiza en hornos antiguos y no en eléctricos. Hemos llegado a participar en ferias de toda España. A pesar de ello, en la propia provincia, esta artesanía es desconocida, es como si estuvieramos escondidos en un lugar lejano, y no es así pues el pueblo de Niñodaguía está a tan sólo 20 kilómetros de la ciudad.

¿Con qué barreras se encuentran los artesanos ourensanos en la actualidad?

El principal problema es que con la cerámica un artesano no saca más que para la seguridad social, y con eso no se vive. La realidad es que los artesanos somos artistas mal pagados. Los pocos artesanos tradicionales que quedamos tenemos de 50 años para arriba, y lo que necesitamos es que nuestras piezas se vendan como arte y no como industria. Yo soy transmisor de un oficio, del que cada día queda menos gente.


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