El belén de Baltar, una joya de la Navidad de Ourense

Es una de las señas de identidad de la Navidad ourensana, una joya artesanal y una de las citas más atractivas de estas fechas. El belén de Baltar sigue siendo desconocido para muchos, pues el Concello apenas lo visibiliza y hace años que renegó de hacer la tradicional inauguración navideña, pero sigue haciendo las delicias de los cientos de personas que estos días descubren y redescubren el legado de Arturo Baltar. No son pocos los que aprovechan el regreso a casa para disfrutar de una de las joyas históricas que Ourense esconde en su Casco Histórico, en la poco transitada plaza de San Cosme y San Damián. Este nacimiento es un auténtico espejo en barro de la sociedad ourensana de otro tiempo. El belén de Baltar es tan especial que, aunque muchos no lo saben, está abierto todo el año. Sin embargo, es en Navidad cuando más nostálgicos regresan a la capilla de San Cosme y San Damián. Y, también probablemente, recuerden la primera vez que le preguntaron a su madre, sorprendidos: “¿Pero esto es un belén?”. Es mucho más. Visitarlo El espacio expositivo abre de lunes a viernes de 11,00 a 14,00 horas el resto del año, y cierra fines de semana y festivos. Sin embargo, al llegar la Navidad, este emblemático lugar cobra otra dimensión. Así, hasta el próximo 6 de enero el horario es de 11,30 a 14,00 horas y de 17,30 a 20,30 horas, abriendo solo de tarde los días 1 y 6 de enero. Más de un centenar de figuras de barro cocido configuran el curioso pesebre. Es quizás uno de los más hermosos de Galicia, tanto por su composición como por la temática: una fotografía del Ourense de otro tiempo. Más allá de la temática religiosa, aquí encontramos los juegos de la plaza, el fotógrafo ambulante, las labores del campo, la taberna, el horno, los habitantes de los caminos, hórreos, petos de ánimas… No es un belén al uso. Todas las figuras son obra del artista Arturo Baltar, quien en 1967 lo comenzó a diseñar por encargo de la Asociación de Belenistas de la ciudad. Lo que en un principio era solo la escena tradicional del nacimiento fue creciendo año tras año con nuevos elementos, hasta que en 1980 se decidió restaurar la capilla de San Cosme y San Damián para acogerlo de forma permanente. El conjunto, que se completa con obras murales de Xaime Quessada y frisos de Virxilio, es arte ourensano en estado puro. Lo que comenzó como un encargo de muy pocas figuras se ha convertido varias décadas después en una gran obra de referencia en cuanto a belenes. Los que no lo conocen, o no sabían si estaba abierto, todavía están a tiempo.