Siguiendo la estela del año pasado, el pistoletazo de salida de las fiestas de Ourense cambió al típico pregonero por un espectáculo que, de nuevo, deleitó a los asistentes. Si en 2009 'Auria' recreaba el origen de la ciudad, las fiestas de 2010 comenzaron con 'Auria, el viaje continúa', montaje de la compañía Boneta Lareta dirigido por Aitor Rei, con episodios singulares de la historia de Ourense
El conductor del pregón fue el emblemático Carrabouxo, junto a su mujer Prudencia y su 'colega' Delmiro (representados mediante tres títeres gigantes) que dieron paso a cada escenas. La primera fue la llegada de los romanos a la ciudad y la construcción del emblemático Puente Romano. Tras un salto histórico, llegó Mateo Román, un 'tolo' que soñaba con inventar una bibicleta voladora. Y ayer voló: por los cielos de la Plaza Maior.
A continuación, el Carrabouxo y sus colegas rememoraron los tradicionales cafés cantantes de la ciudad -Iberia, Regia, Royalti, Unión o Victoria-, en los que se interpretaban canciones como el famoso 'Rascayú', prohibido por la censura franquista y la Iglesia. De hecho, la actuación de las cabareteras se vio interrumpida por la súbita aparición de un militar y un obispo. Cuando éstos se fueron, regresó el Carrabouxo cantando 'Dolores se llama Lola' y bajó desde el edificio del Concello un gato -símbolo de Los Suaves-, un guiño al 30 aniversario de este emblemático grupo ourensano. El propio Charly, miembro de la banda, y un compañero salieron a la Praza Maior para llevarse el gato.
Tras esta escena, regresaron de nuevo el Carrabouxo y sus colegas, ya borrachos. 'Pero a festa aínda comenza agora', señalaron, justo al entrar un autobús original de los años 30, con una banda de músicos. Y es que así era como empezaban las fiestas entonces: con la llegada del 'Cuco de Velle'. En un homenaje a él, los músicos tocaron 'O paraugas do Xosé'.
Confetis, la interpretación de 'Se vas a San Benitiño' y una sesión pirotécnica pusieron fin al pregón. 'Benvidos á festa!'.
A continuación, el Carrabouxo y sus colegas rememoraron los tradicionales cafés cantantes de la ciudad -Iberia, Regia, Royalti, Unión o Victoria-, en los que se interpretaban canciones como el famoso 'Rascayú', prohibido por la censura franquista y la Iglesia. De hecho, la actuación de las cabareteras se vio interrumpida por la súbita aparición de un militar y un obispo. Cuando éstos se fueron, regresó el Carrabouxo cantando 'Dolores se llama Lola' y bajó desde el edificio del Concello un gato -símbolo de Los Suaves-, un guiño al 30 aniversario de este emblemático grupo ourensano. El propio Charly, miembro de la banda, y un compañero salieron a la Praza Maior para llevarse el gato.
Tras esta escena, regresaron de nuevo el Carrabouxo y sus colegas, ya borrachos. 'Pero a festa aínda comenza agora', señalaron, justo al entrar un autobús original de los años 30, con una banda de músicos. Y es que así era como empezaban las fiestas entonces: con la llegada del 'Cuco de Velle'. En un homenaje a él, los músicos tocaron 'O paraugas do Xosé'.
Confetis, la interpretación de 'Se vas a San Benitiño' y una sesión pirotécnica pusieron fin al pregón. 'Benvidos á festa!'.
