La Cruz Roja quiere incorporar a más personas dispuestas a ofrecer un hogar temporal a recién nacidos

En busca de familias para acoger bebés

Una de las familias inscritas en el ‘banco’ de acogimiento de Cruz Roja.
La atención temporal a menores que sufren situaciones de desamparo o desprotección social, que brinda la Cruz Roja de Ourense para evitar su internamiento en centros de protección a la infancia, precisa hogares en los que criar durante unos meses a recién nacidos. La dedicación que exigen y las ocupaciones laborales hacen que las familias sean más remisas a acoger bebés en sus residencias. En estos momentos, la entidad benéfica tiene a un pequeño de un mes en lista de espera.
Las dificultades para encontrar familias (tanto personas individuales como parejas) que quieran acoger temporalmente a un bebé ha llevado a la Cruz Roja de Ourense a lanzar un llamamiento para poder contar con personas dispuestas a atender a un recién nacido durante unos meses, el tiempo en que se tramita una adopción porque la madre biológica ratifica la renuncia al bebé (un mes desde el nacimiento) o el necesario para la reestructuración del entorno familiar.

En estos momento, la entidad benéfica tiene a un pequeño de un mes aguardando por personas acogedoras, casi siempre más reacias a los recién nacidos debido a la continuada atención que requieren en esa corta edad. Además, con esta opción, según insisten en la delegación de Cruz Roja, se evita el internamiento en centros de protección.

‘Para los bebés y el resto de niños es mejor que se vayan con una familia porque tienen una atención más personalizada con mucho apoyo, se crean vínculos y los niños se desarrollan y se estabilizan muy bien’, explica la psicóloga del programa de acogimiento Sonia López Seoane, quien junto con una trabajadora social son las encargadas de gestionar la atención temporal a menores en situación de desamparo. Añade que la evolución en los más pequeños es rápida porque ‘los bebés necesitan mucho contacto’. La falta de tiempo por ocupaciones laborales o el miedo a la separación cuando se interrumpa el acogimiento son los dos argumentos que más echan atrás a los ourensanos a la hora de rechazar esta posibilidad. Pero muchas de las personas que han probado la experiencia repiten, de ahí que las satisfacciones compensen la tristeza de la despedida, según recalca Sonia López.

Una de estas acogedoras ‘repetidora’ es Remedios Seoane Fernández (51 años), cuya familia lleva acogiendo a niños desde que comenzó en Ourense el programa en 1996. Hasta 10 distintos de los que ‘guardo de cada uno recuerdos muy especiales’. Esta mujer, que nunca dejó su trabajo para poder atender a los menores, es rotunda a la hora de decir que lo que ella y su marido hacen ‘no es caridad’. La compensación no es otra que ‘ellos te hacen sentir muy bien y te aportan muchas cosas’.

‘Experiencia dulce’

Por su casa pasaron ya dos bebés y, aunque reconoce que hubo que replantear la organización del hogar para compensar la falta de tiempo que lleva su atención, ‘fue una experiencia muy dulce’.



El proyecto de Familias Acogedoras brindó hogares a 46 menores de edad, 35 de ellos en la modalidad de acogimiento simple (17 para fines de semana y 18 en convivencia plena). Además, 11 niños estuvieron en modalidad permanente (adolescentes que cumplen la mayoría de edad con la familia de acogida). La entidad humanitaria contó para este recurso a 66 familias (en 2007 fueron 75). El plan forma parte de un convenio con Vicepresidencia.




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