La operación, nunca expuesta al público, permite construir cerca de 300 viviendas en O Tombo

Cabezas convirtió un espacio forestal en suelo urbanizable días antes de ratificarse el PXOM

Manuel Cabezas recalificó más de 60.000 metros cuadrados de suelo rústico de protección forestal en la carretera de Santa Mariña (O Tombo) para convertirlos en suelo urbanizable con una edificabilidad que permite al propietario de la parcela constrruir 45 viviendas por hectárea, cerca, por tanto, de 300. Lo insólito es que la recalificación fue incorporada en el último momento al documento de aprobación definitiva, ya cerrado, como anexo, tras un acuerdo de una comisión de gobierno de febrero de 2003.
La obligatoriedad de someter las futuras urbanizaciones de la ciudad a una declaración de impacto ambiental para garantizar que las viviendas a construir dispongan de abastecimiento de agua complica la situación para cuatro suelos urbanizables contemplados en el PXOM aún vigente en la zona este de la ciudad, entre Barrocás -en una de las áreas de este nombre el promotor tiene que construir un depósito para garantizar el agua a sus pisos- y A Rampla, pasando por A Porteliña. A ellos se une el de O Tombo, una superficie de más de 60 mil metros cuadrados, con una pendiente del 60-70%, lindante con As Caracochas, Montealegre y la carretera de Santa Mariña, con una vivienda unifamiliar pero que inicialmente no era otra cosa que suelo rústico de protección forestal.

Lo insólito de este caso es que o Tombo es ahora, por obra y gracia de una oportunísima recalificación urbanística, suelo urbanizable, con una edificabilidad de 0,550 metros cuadrados por metro cuadrado, lo que permite al propietario construir cerca de 300 viviendas en bloques abiertos, si se soluciona, claro, el déficit actual de abastecimiento de agua.

La operación no se contemplaba en la aprobación inicial del Plan de Urbanismo de 2003, ni siquiera en el documento de aprobación definitiva pero dos meses antes de que la Xunta lo ratificase, una comisión de gobierno presidida por el entonces alcalde Manuel Cabezas daba las bendiciones a tan espléndida recalificación, que pasó a engrosar el planeamiento a modo de anexo.

Pero la modificación apadrinada por Cabezas obligó a rea lizar un ejercicio cuando menos de auténtica ‘ingeniería urbanística’. Otorgar a O Tombo los preciados 0,550 metros cuadrados edificables por metro cuadrado era inviable porque la parcela no estaba contigua a un suelo urbano, por lo que se sobrepasaba la edificabilidad permitida en la ley. No hubo problema, Cabezas cambió la calificación de una lengüeta de 250 metros de largo, paralela a la carretera de Santa Mariña (margen derecho en dirección a Ourense), también suelo rústico de protección forestal por suelo urbano (SU-500), ampliando esa catalogación para que la propiedad de O Tombo lindase con el suelo urbano de la ciudad y así lograr la jugosa edificabilidad pretendida y la contigüidad exigida por la legislación.

En aquella comisión de gobierno, Cabezas dio luz verde a un informe del secretario general, Mariano Rodríguez, que planteaba, a instancias del regidor, una ‘modificación’ en esa propiedad para subsanar el ‘error en la calificación urbanís tica’ del suelo rústico de protección forestal de O Tombo. El error lo argumentaba en cuatro razones: por un lado, no existía una ‘foresta digna de proteger o conservar que pueda justificar esta calificación que, en todo caso, pudiera ser justificable en unos 5.000 metros cuadrados en la parte superior de este ámbito territorial’. Por otro, alegaba la ausencia de ‘un valor relevante de carácter natural que haga digno de protección el resto de los terrenos, salvo un roquedal de unos 2.000 metros cuadrados’, también en la parte más alejada de la carretera; lo demás, decía el informe, ‘sería injustificable’. Asimismo, daba cuenta de la existencia de una ‘mansión residencial de carácter singular que como edificio merece conservar dentro de ordenación’ (el propietario quiere mantener su casa además de edificar las otras 300) y justificaba también la recalificación en que la propiedad está ‘próxima’ a redes de servicios con acceso rodado.

En el aire

Desde la aprobación definitiva del PXOM, en abril de 2003, el propietario no hizo uso de la beneficiosa recalificación que obtuvo pese a que entonces la garantía del abastecimiento de agua no era importante para el gobierno de Cabezas, que concedió edificabilidades y suelos urbanizables sin tener en cuenta ese detalle básico.

Ahora, el nuevo gobierno municipal busca el modo de enmendar aquella deficitaria situación con la empresa matriz de Aquagest; la vuelta atrás en aquella polémica recalificación está por decidir, aunque la redacción de un nuevo Plan de Urbanismo, un hecho ya incuestionable, puede dar al traste con semejantes expectativas.


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