ECONOMÍA - OURENSE

La caída demográfica cuesta a cada vecino 280 euros más en impuestos

Ciudad
photo_camera Oficinas de la delegación de Facenda en la ciudad de Ourense.

Los ingresos de concellos y Hacienda crecieron un 25% desde 2008, mientras la población ha caído en más de 24.000 personas

La sangría poblacional a la que se enfrenta la provincia de Ourense, que en la última década ha supuesto la pérdida de más de 24.000 habitantes (algo más de un 7%) en el padrón conjunto de los 92 concellos ourensanos, no ha desembocado en una menor capacidad de ingresos de las administraciones públicas, sino en radicalmente todo lo contrario.

La recaudación que tanto los concellos, a través de los impuestos directos o tasas públicas, y la Agencia Tributaria, atendiendo a la recaudación por el Impuesto de las Rentas de las Personas Físicas (IRPF), consiguen de los ciudadanos ha crecido entre 2008 y 2017 cerca de un 25%, pasando de los 275,1 millones a los 342,4.

Con esa doble variable –aumento de la cantidad recaudada y reducción de los contribuyentes–, sobre la mesa, el resultado es rotundo: una mayor presión fiscal para cada una de las 311.000 personas que, según los últimos datos del padrón tienen fijada su residencia en alguno de los ayuntamientos ourensanos.

Así, en este sentido, los ingresos por habitante han pasado de algo más de 818 euros, cifra de hace una década, a los 1.098 que se registraban a la finalización del pasado año, lo que supone un 34% más, unos 280 euros de diferencia.


Municipal


Atendiendo a los datos de los 92 concellos de la provincia, la diferencia es de por sí notable. Durante los últimos 10 años, los ingresos que han captado en la administración local ourensana han crecido más de un 29%, empujados en gran medida por el Impuesto de Bienes Inmuebles, un balón de oxígeno para los ayuntamientos durante la crisis económica al revisarse los valores catastrales y reforzarse la identificación de propiedades, lo que dispara la recaudación. Junto al IBI, son otros tributos directos el de rodaje o el de actividades económicas. Los ingresos por esta vía pasaron en una década de menos de 70 millones a superar los 94, 6.

Otro recurso que manejan los concellos para dotar de servicios a sus ciudadanos son las tasas y precios públicos, instrumentos que con el paso de tiempo han permitido la recaudación el pasado ejercicio de alrededor de 51,6 millones de euros, un 19% más que los 43,2 millones del ejercicio de 2008.

Cuatro son los ayuntamientos que más han disparado la recaudación por impuestos y tasas, al menos duplicándola. Se trata de Amoeiro, Taboadela, Entrimo y Calvos de Randín. Solo Rubiá y Arnoia, por el contrario, han reducido sus ingresos.


Clasificación


Atendiendo a la evolución de ingresos por habitante, solo el Concello de Arnoia presenta, en la evolución de la última década, una reducción.

Mientras, en lo que respecta al resto, se producen diferencias notables entre 2008 y 2017, que alcanzan por ejemplo los 776 euros por habitante en Vilariño de Conso, los 416 de Manzaneda o los 376 de Chandrexa de Queixa, aunque son casos especiales, al estar afectados por la instalación de empresas eléctricas o la estación de montaña, que generan ingresos notables para municipios de este tamaño.

Mientras, los habitantes que permanecen en los ayuntamientos ourensanos más castigados por la pérdida de población han tenido que rascarse más el bolsillo para afrontar las obligaciones tributarias.

Así, en A Teixeira se recaudan 255 euros más por persona, en Avión 315, en San Xoán de Río 276, en Montederramo 248 o en Castrelo de Miño 228.

Mientras, en los únicos cuatro ayuntamientos que cuentan ahora con más habitantes que hace una década (Pereiro de Aguiar, Allariz, Barbadás y San Cibrao das Viñas), la presión fiscal per cápita permanece prácticamente invariable, con diferencias que oscilan entre los 37 y los 84 euros.

Por lo que respecta a la capital provincial, las arcas del Concello reciben ahora 11 millones de euros más en impuestos directos y tasas que antes de la crisis económica, creciendo también los ingresos por habitante hasta los 655 euros, casi un 19% más que hace una década. 

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