Los tres detenidos por el atraco de la joyería Juysa de la ciudad, Dugal Jara Astete, Jonathan Fernando Valdés Figueroa y Carlos Eduardo Figueroa Rodríguez, de entre 21 y 23 años, pasaron ayer a disposición judicial ante el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Ourense, en funciones de guardia, como presuntos autores de perpetrar un robo violento en el que se hicieron con alhajas valoradas en 100.000 euros.
El juez de este órgano judicial, el magistrado Leonardo Álvarez, decretó prisión provisional para los dos primeros, quienes se acogieron a su derecho a no declarar, al filo de las dos y media de la tarde, después de que el ministerio público reclamase esta medida cautelar para los tres, por maniatar con bridas al dueño del negocio y encañonarlo con una pistola para conseguir el botín.
Leonardo Álvarez, que postergó la decisión sobre la situación personal del tercer arrestado para última hora de ayer con el fin de efectuar nuevas diligencias -una rueda de reconocimiento con testigos-, dictó sendos autos durante la mañana en los que imputó a Jara Astete y Valdés Figueroa un delito de robo con violencia e intimidación. Ambos habían sido detenidos en la estación de Méndez Álvaro de Madrid.
ARGUMENTOS JURÍDICOS
Basó su dictamen en que la infracción penal que cometieron se castiga con penas superiores a dos años de prisión -como mínimo con condenas de 2 a 5 años de cárcel-, 'que hay en la causa motivos bastantes para creer responsables del delito' a ambos y que la medida permitirá asegurar cuatro fines concretos. Estos son: la reiteración delictiva, evitar la desaparición de pruebas, eliminar el riesgo de fuga e impedir que puedan actuar contra la víctima.
Los autos que envían a prisión provisional a estos dos encausados, asimismo, inciden en que el perjudicado reconoció fotográficamente a Jara Astete y Valdés Figueroa, en un reconocimiento en Comisaría, como autores de la sustracción violenta, ocurrida el pasado miércoles pasadas las seis de la tarde en el local, ubicado en la calle Santo Domingo. También recogen que no dieron explicación alguna sobre las joyas que fueron encontradas en su poder, y que ambos, para desplazarse a Madrid fueron primero hasta Lugo, 'en un claro intento de eludir la vigilancia policial'. Por último, el juez argumenta que 'no consta que tengan modo de susbsistir', siendo probable que vuelvan a delinquir.
Por su parte, Carlos Eduardo Figueroa Rodríguez, también de nacionalidad chilena y vecino de la ciudad, quedó en libertad ya que no fue reconocido por la víctima.
Leonardo Álvarez, que postergó la decisión sobre la situación personal del tercer arrestado para última hora de ayer con el fin de efectuar nuevas diligencias -una rueda de reconocimiento con testigos-, dictó sendos autos durante la mañana en los que imputó a Jara Astete y Valdés Figueroa un delito de robo con violencia e intimidación. Ambos habían sido detenidos en la estación de Méndez Álvaro de Madrid.
ARGUMENTOS JURÍDICOS
Basó su dictamen en que la infracción penal que cometieron se castiga con penas superiores a dos años de prisión -como mínimo con condenas de 2 a 5 años de cárcel-, 'que hay en la causa motivos bastantes para creer responsables del delito' a ambos y que la medida permitirá asegurar cuatro fines concretos. Estos son: la reiteración delictiva, evitar la desaparición de pruebas, eliminar el riesgo de fuga e impedir que puedan actuar contra la víctima.
Los autos que envían a prisión provisional a estos dos encausados, asimismo, inciden en que el perjudicado reconoció fotográficamente a Jara Astete y Valdés Figueroa, en un reconocimiento en Comisaría, como autores de la sustracción violenta, ocurrida el pasado miércoles pasadas las seis de la tarde en el local, ubicado en la calle Santo Domingo. También recogen que no dieron explicación alguna sobre las joyas que fueron encontradas en su poder, y que ambos, para desplazarse a Madrid fueron primero hasta Lugo, 'en un claro intento de eludir la vigilancia policial'. Por último, el juez argumenta que 'no consta que tengan modo de susbsistir', siendo probable que vuelvan a delinquir.
Por su parte, Carlos Eduardo Figueroa Rodríguez, también de nacionalidad chilena y vecino de la ciudad, quedó en libertad ya que no fue reconocido por la víctima.
