Dos de ellos son mujeres y ocho están cumpliendo condena en establecimientos penitenciarios lusos

Catorce ourensanos están presos en cárceles extranjeras, nueve de ellos por tráfico de droga

Catorce ourensanos cumplen condena en cárceles extranjeras por delitos de tráfico de drogas, robos e incluso una agresión sexual. La mayoría de ellos (ocho) están en prisiones del Norte de Portugal y dos son mujeres, pero también los hay en Venezuela, Argentina, EE.UU, Marruecos y Colombia. Buena parte de ellos ya llevan más de dos años encarcelados y sus familiares luchan a diario para que sean trasladados a penales españoles. Pero no son los únicos, dado que otros 1.870 españoles están presos en todo el mundo.
Un viaje a Portugal, Venezuela, Marruecos y Colombia y la torpeza de coquetear con las drogas para ganar dinero fácil provocó que nueve ourensanos estén cumpliendo condena en cárceles de los citados países. Pero no son los únicos encarcelados en el extranjero. Según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, otros cinco fueron condenados a penas de prisión en EE.UU., Argentina y Portugal por delitos de robo y estafa, además de una agresión sexual.

La mayoría de los reclusos están en centros penitenciarios portugueses, cinco de ellos por tráfico de drogas y tres por robos y estafas. En las prisiones lusas hay, además, otros 102 españoles, el 70 por ciento de ellos condenados por tráfico de estupefacientes. Sus familiares cruzan prácticamente todas las semanas la ‘raia’ para visitarlos, llevarles comida, enseres personales y que con su presencia se sientan arropados y aprovechar para darle ánimos.

Además del calvario de los continuos desplazamientos al país vecino, casi todas las familias batallan en la Administración española buscando la posibilidad de que sean traslados a cárceles españolas. ‘Tener un hijo o un familiar preso ya es todo un pro blema, pero si está en una cárcel extranjero aún es mucho más terrible’, explicó la madre de un joven encarcelado en Portugal del que prefiere no dar su identidad. La mujer acude con frecuencia a visitar a su hijo y, además del dolor de verlo entre rejas, tiene que desenvolverse con una Administración que des conoce, contratar un abogado con el que es difícil el entendimiento al hablar en distintos idiomas. Esta misma situación se repite en las vistas orales, a la hora de hablar con las autoridades judiciales o los mismos funcionarios de la prisión. Pero aún peor suerte tienen los ourensanos que tienen un hijo o padre encarcelados en Marruecos o Suramérica, al visitarlos con menos frecuencia.

Según los datos que maneja Exteriores, otros 1.870 españoles -1.577 hombres y 293 mujerescumplen condena en prisiones en diferentes partes del mundo, el 80 por ciento por tráfico de hachís, cocaína y heroína.

Un millón de euros para atenderlos


Los presos españoles, entre ellos los 14 ourensanos, en el extranjero ocasionaron el año pasado un gasto de un millón de euros a las arcas del Estado. El dinero fue destinado a cubrir sus necesidades básicas, según los datos que maneja el Ministerio de Asuntos Exteriores.

La partida quizás se incremente este año, dado que, según afirmaron en el citado ministerio, la cifra de presos se incrementa cada verano. Los países en que se constató un mayor número de presos en los últimos cuatro años son Marruecos, Perú y Venezuela. Así, los responsables del Plan Nacional sobre Drogas iniciaron una campaña coincidiendo con la época de vacaciones para prevenir del riesgo que conlleva viajar al extranjero y traficar con estupefacientes.

La campaña, que cuenta con una partida de 20.000 euros, consistirá en distribuir 2.400 carteles y 200.000 folletos en estaciones de tren y de autobuses, aeropuertos, comisarías, cuarteles, concellos y gasolineras, alertando del peligro de traficar y consumir drogas. Al parecer, muchos jóvenes hacen de ‘mulas’, transportan droga, incluso para pagarse las vacaciones.




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