A la caza del vándalo "urbanita”

Dos agentes de la Policía Autonómica hacen labores de vigilancia en el monasterio de Santa Comba de Naves, en Palmés (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Dos agentes de la Policía Autonómica hacen labores de vigilancia en el monasterio de Santa Comba de Naves, en Palmés (MARTIÑO PINAL).
Las pintadas se ceban con el patrimonio ourensano: la ciudad no se libra del espray en sus principales Bienes de Interés Cultural, como el Centro Histórico y la Catedral de San Martiño. La Policía vigila el vandalismo sobre los monumentos

Ruinas abandonadas y cubiertas de vegetación, hundimientos, expolio y deterioro progresivo son alguna de las razones por las que el monasterio de Santa Comba de Naves, (en Palmés, a dos pasos de la ciudad) está en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra, que denuncia el abandono de bienes. Aunque este monumento no está declarado como Bien de Interés Cultural, sí está catalogado por la Xunta como elemento patrimonial. La Policía Autonómica vigilaba el pasado viernes las ruinas, por la presencia frecuente de vándalos en la zona. Una estampa que cada vez es más habitual sobre el patrimonio ourensano.

No es la primera vez que asociaciones y colectivos alertan del estado catastrófico de uno de los bienes patrimoniales más destacados de Ourense. Además de la abundante vegetación, el monasterio es víctima de las pintadas. Un gran grafiti rosa “decora” el interior de las ruinas que quedan en pie en Santa Comba de Naves. 

Las pintadas se ceban especialmente con el patrimonio ourensano. De hecho, gran parte de los Bienes de Interés Cultural declarados en la comarca de Ourense (12) son objetivo de los vándalos que dejan su huella con el espray. El primer ejemplo es la Catedral de San Martiño, con pintadas en su piedra. El caso más sangrante, por su magnitud, es el caso del Centro Histórico de Ourense. El Casco Viejo no tiene un rincón por pintar, a pesar de que es uno de los 77 Bienes de Interés Cultural de la ciudad, cuya declaración se remonta al 12 de septiembre de 1975.

As Burgas también son BIC: hay pintadas en el entorno de la fuente, el emblema ourensano por excelencia. El Antiguo Pazo Episcopal, donde se situaba el Arquivo Histórico, sufrió durante años a los vándalos sobre la piedra, un material sobre el que es mucho más difícil trabajar para eliminar los grafitis. 

Lo mismo ocurre con el BIC formado por el conjunto de la Ponte Vella y la capilla de Nosa Señora dos Remedios. La antigua oficina de Turismo, en pleno Puente Romano, tampoco tiene un hueco por cubrir de pintadas.

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