La fauna que cae en el conducto de la minicentral de Regueiro muere ahogada al no poder escapar

Los cazadores de Parada reclaman el cierre de un canal para evitar la muerte de animales

Restos de un perro que se ahogó en el canal de la minicentral. (Foto: Archivo )
Los cazadores de Parada de Sil y A Teixeira reclaman que se aísle un canal para evitar que los animales se ahoguen en él. Recientemente, encontraron los restos de un perro, dos zorros, un corzo y un jabalí, hecho que fue denunciado por los cazadores y por el Seprona.
Un canal, próximo al límite de los cotos de Parada de Sil y A Teixeira, se está convirtiendo en un matadero de fauna, tanto salvaje como doméstica. La falta de cuidados provocó la desaparición de la malla metálica que, en su día, impidió la caída de animales en las inmediaciones del pueblo de Forcas (Parada de Sil). ‘Rara é a semana que non cae algún animal’, se quejaba un socio del ‘tecor’ (antiguo coto) de Parada de Sil.

Otro cazador, éste del ‘tecor’ de A Teixeira, Francisco Ramos, se vio obligado a retirar el cadáver del perro de un familiar del fondo del canal y anunció que éste interpuso una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, en Castro Caldelas. ‘Téñenos faltado cinco perros e seguro que se perden eí’, comentó.

Su denuncia no es la única tramitada, pues según dicen los cazadores de estos tecores, también los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Trives denunciaron la muerte de animales en el canal.

Los últimos restos recuperados de su cauce corresponden a dos zorros, un jabalí, un corzo y el citado perro.

Denuncias anteriores

No es la primera vez que los cazadores del tecor de Parada de Sil denuncian la muerte de animales en este canal, pero hasta ahora nunca obtuvieron respuesta. Sus quejas van dirigidas contra Unión Fenosa, al considerar que esta eléctrica es la responsable del canal de la minicentral Regueiro. Pese a las afirmaciones de los cazadores, la eléctrica afirma que el canal no es de su propiedad.


Los restos acaban en un regato


La letal infraestructura tiene una longitud de aproximadamente cuatro kilómetros y dos de profundidad. Los animales que caen en ella son arrastrados por la fuerte corriente hasta la rejilla que evita el paso de troncos y ramas hasta la central eléctrica de Regueiro. En este punto sus patas quedan entre los barrotes, impidiéndoles abandonar la corriente, por lo que mueren ahogados.

Los cazadores apuntan que, a continuación, los cadáveres son retirados de este lugar y arrojados a un aliviadero. Este lugar fue construido para retener el agua del canal cuando se producen grandes avenidas. Entonces, la gran fuerza del agua los arrastra y los deposita en un regato, retirando los restos de fauna de la vista.

‘Se fóra dun particular xa estaba pechado’, se quejó otro cazador de Parada de Sil. Explica que en algunos puntos, el canal tiene pequeñas pasarelas para que la fauna y las personas puedan atravesarlos.

Sin embargo, su situación de abandono lo convierte en un peligro para animales y personas, pues por el lugar discurren varias rutas de senderismo y ‘hai sitios nos que está a ras da terra’, según indicó un socio del tecor de Parada.


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