Bossa nova, samba, jazz, habaneras, blues y boleros fueron algunos de los elementos musicales que acompañaron ayer a la Noche de los museos en la que participaron ocho galerías y centros expositivos de la ciudad, abriendo sus instalaciones hasta la madrugada.
Bailar con ritmos brasileños, afinar el oído con una jam session, deleitar la mirada con la actuación de una bailarina, disfrutar de un concierto de acordeón y relajarse escuchando blues y boleros. De todo eso pudieron disfrutar ayer los noctámbulos que participaron en la Noche de los Museos.
La iniciativa, que se enmarca dentro del programa Enredarte, consistía en abrir ocho espacios expositivos de la ciudad desde las 20 horas hasta pasada la una de la madrugada, ofreciendo así una nueva forma de apreciar el arte. Así, la Casa da Xuventude supo combinar perfectamente las esculturas contemporáneas de Iván Prieto con la actuación del grupo de bossa nova Pescando em Copacabana, que pusieron a bailar a ritmo de samba a los visitantes. En el Centro Cultural de la Diputación tres jazzistas se encargaron de recibir a los asistentes que disfrutaron con los óleos de Celso Varela y las pinturas del hieratismo errático de Manolo Ebra. La galería Marisa Marimón combinó la exposición de Ramiro Fernández Saus con un concierto del grupo ourensano Loniahabana blues band, quienes interpretaron un repertorio de habaneras, blues y boleros.
La galería Volter presentó por su parte una muestra de pintura, fotografía y vídeos de Marta Villoslada, así como un acto de danza contemporánea a cargo de la bailarina Andrea Delgado y de la coreógrafa Miriam Rodríguez, miembro de la Royal Academy of Dance de Londres. La galería Visol amenizó con música de acordeón la muestra Cuando el mundo era un postal de Juan Valcárcel; mientras que la sala Alterarte y el Museo Municipal expusieron durante la madrugada las obras de Tamara Feijóo y de Baldomero Moreiras.
Por último, la sala Caixanova participó con la muestra Dos ábacos aos computadores.
La iniciativa, que se enmarca dentro del programa Enredarte, consistía en abrir ocho espacios expositivos de la ciudad desde las 20 horas hasta pasada la una de la madrugada, ofreciendo así una nueva forma de apreciar el arte. Así, la Casa da Xuventude supo combinar perfectamente las esculturas contemporáneas de Iván Prieto con la actuación del grupo de bossa nova Pescando em Copacabana, que pusieron a bailar a ritmo de samba a los visitantes. En el Centro Cultural de la Diputación tres jazzistas se encargaron de recibir a los asistentes que disfrutaron con los óleos de Celso Varela y las pinturas del hieratismo errático de Manolo Ebra. La galería Marisa Marimón combinó la exposición de Ramiro Fernández Saus con un concierto del grupo ourensano Loniahabana blues band, quienes interpretaron un repertorio de habaneras, blues y boleros.
La galería Volter presentó por su parte una muestra de pintura, fotografía y vídeos de Marta Villoslada, así como un acto de danza contemporánea a cargo de la bailarina Andrea Delgado y de la coreógrafa Miriam Rodríguez, miembro de la Royal Academy of Dance de Londres. La galería Visol amenizó con música de acordeón la muestra Cuando el mundo era un postal de Juan Valcárcel; mientras que la sala Alterarte y el Museo Municipal expusieron durante la madrugada las obras de Tamara Feijóo y de Baldomero Moreiras.
Por último, la sala Caixanova participó con la muestra Dos ábacos aos computadores.
