El conductor que circulaba por la carretera N-120, a su paso por Ribadavia, arrojando piedras por la ventanilla se esfumó sin dejar rastro. Las piedras causaron daños a siete vehículos y la Guardia Civil sospecha que su coche podría tener la matrícula falsificada, lo que está dificultando su identificación y puesta a disposición de la Justicia.
La Guardia Civil aún no logró identificar al conductor que a media mañana del domingo circulaba por la carretera N-120, a su paso por Ribadavia, arrojando piedras por la ventanilla de su automóvil. Estas ocasionaron daños en siete vehículos y uno de los conductores afectados podría haber anotado su matrí cula, dado que la ofreció a los agentes nada más acudir al cuartel a denunciar los desperfectos ocasionados en su automóvil.
El instituto armado abrió una investigación pero las pesquisas aún no dieron resultado y los agentes barajan la hipótesis de que el conductor podría conducir un vehículo con la matrícula falsificada; al menos, en alguno de sus números. La Guardia Civil recogió algunas de las piedras que impactaron contra los vehículos con el objetivo de encontrar huellas que permitan identificar al automovilista, pero los resultados de los análisis aún no se conocen.
El conductor podría haber pasado la noche en Ribadavia y antes de marcharse dio varias vueltas arrojando piedras por la carretera N-120, que impactaron contra un Nissan Terrano, rompiéndole la ventanilla trasera; un Chevrolet Kalos, al que le abollaron la carrocería, y un Citroën Xsara, que resultó con la luna trasera rota. Estos tres vehículos estaban estacionados a lo largo del vial, entre Razamonde (Cenlle) y Ribadavia. Su dueños denunciaron los daños en el cuartel de Ribadavia.
Los otros vehículos afectados estaban circulando por el citado vial cuando fueron alcanzados por los pedruscos y se trata de un Volkswagen Golf, al que le rompieron el parabrisas; un Peugeot 205, que presenta daños en la carrocería; un Renault Clío, con desperfectos en la parte posterior de la carrocería, y un Nissan Note, con daños en los cristales y la chapa. En este caso, los cuatro conductores afectados denunciaron los hechos ante la Jefatura de Tráfico.
El instituto armado abrió una investigación pero las pesquisas aún no dieron resultado y los agentes barajan la hipótesis de que el conductor podría conducir un vehículo con la matrícula falsificada; al menos, en alguno de sus números. La Guardia Civil recogió algunas de las piedras que impactaron contra los vehículos con el objetivo de encontrar huellas que permitan identificar al automovilista, pero los resultados de los análisis aún no se conocen.
El conductor podría haber pasado la noche en Ribadavia y antes de marcharse dio varias vueltas arrojando piedras por la carretera N-120, que impactaron contra un Nissan Terrano, rompiéndole la ventanilla trasera; un Chevrolet Kalos, al que le abollaron la carrocería, y un Citroën Xsara, que resultó con la luna trasera rota. Estos tres vehículos estaban estacionados a lo largo del vial, entre Razamonde (Cenlle) y Ribadavia. Su dueños denunciaron los daños en el cuartel de Ribadavia.
Los otros vehículos afectados estaban circulando por el citado vial cuando fueron alcanzados por los pedruscos y se trata de un Volkswagen Golf, al que le rompieron el parabrisas; un Peugeot 205, que presenta daños en la carrocería; un Renault Clío, con desperfectos en la parte posterior de la carrocería, y un Nissan Note, con daños en los cristales y la chapa. En este caso, los cuatro conductores afectados denunciaron los hechos ante la Jefatura de Tráfico.
