Los comerciantes del centro de la ciudad se sienten perjudicados con respecto a los establecimientos chinos, ya que consideran que este tipo de negocios incumplen sistemáticamente la normativa sobre todo en materia de horarios comerciales. También mostraron su descontento ante la falta de vigilancia por parte de la autoridad laboral a la hora de cumplir con la norma vigente tanto en seguridad como en prevención de riesgos laborales.
Este malestar recopilado por el Centro comercial Aberto Ourense Centro le fue transmitido ayer al subdelegado del Gobierno, Roberto Castro, en la reunión mantenida con el presidente del Centro comercial Aberto, Emilio González, y otros directivos. En ella, González aclaró que no se oponen a la aparición de este tipo de negocios, 'incluso apoyamos a esos establecimientos y los alquileres porque dinamizan la ciudad', pero exige que compitan en igualdad de condiciones con el comercio local.
EL TOP MANTA
En esta misma línea se encuentra el conflicto del 'top manta', 'un problema no con los que venden, sino con las mafias que se encuentran detrás y se enriquecen', apuntó Emilio González. Recordó la situación surgida años atrás con vendedores que ofrecían productos agrícolas de cosecha propia en las inmediaciones de la Plaza de Abastos e invitó a que las autoridades fuesen igual de 'valientes' como en aquella ocasión a la hora de intervenir en estos mercados, que 'no afectan sólo al comercio, sino también al turismo y a la imagen de la ciudad en su conjunto'.
El último punto que se expuso fue relacionado con los numerosos actos vandálicos que sufren los establecimientos, que van desde pintadas en las fachadas hasta roturas de escaparates, generando unos gastos que deben asumir los propios comerciantes.
Por su parte, Castro manifestó su preocupación ante estos temas y aseguró que mantendría reuniones con el Comisario de Policía y la Inspección de Trabajo para buscar soluciones.
EL TOP MANTA
En esta misma línea se encuentra el conflicto del 'top manta', 'un problema no con los que venden, sino con las mafias que se encuentran detrás y se enriquecen', apuntó Emilio González. Recordó la situación surgida años atrás con vendedores que ofrecían productos agrícolas de cosecha propia en las inmediaciones de la Plaza de Abastos e invitó a que las autoridades fuesen igual de 'valientes' como en aquella ocasión a la hora de intervenir en estos mercados, que 'no afectan sólo al comercio, sino también al turismo y a la imagen de la ciudad en su conjunto'.
El último punto que se expuso fue relacionado con los numerosos actos vandálicos que sufren los establecimientos, que van desde pintadas en las fachadas hasta roturas de escaparates, generando unos gastos que deben asumir los propios comerciantes.
Por su parte, Castro manifestó su preocupación ante estos temas y aseguró que mantendría reuniones con el Comisario de Policía y la Inspección de Trabajo para buscar soluciones.
