La situación de minoría del gobierno abre una intensa fase de negociaciones en busca de apoyo

El Concello quiere aprobar el PXOM en el mes de noviembre

La fecha para la aprobación inicial del Plan de Urbanismo de Ourense ya está decidida, prácticamente.
Será finalmente en noviembre, dos o tres meses después de lo planificado por el gobierno local, posiblemente en el pleno del día 8 (el día 1, primer viernes de mes, es festivo), cuando se convocará la sesión mensual habitual. Otra cosa será si el documento que los socialistas presentan para su aprobación sale finalmente adelante porque la decisión que adopte la mayoría de la Corporación es, de momento, una incógnita, aunque los grupos preparan desde ya la estrategia; no hay que olvidar que las negociaciones previas a esa fecha de noviembre son claves porque el gobierno local gestiona el Plan y los tiempos en una situación de minoría, lo que lo aboca inicialmente a una inseguridad notable.

Ayer, cuando el alcalde de la ciudad, el socialista Agustín Fernández, anunció el mes y desveló que la junta de gobierno del jueves día 3 de octubre dará el visto bueno al borrador, ya comenzaron a posicionarse los grupos municipales, aunque sin desvelar su intención de voto. El PP, que ha designado recientemente a un grupo de asesores externos para documentarse debidamente y definir la estrategia a seguir, arremetía contra el anuncio del regidor. Lo hacía el portavoz municipal, Rosendo Fernández, para criticar lo que considera un nuevo retraso en el calendario dado por la edil de Urbanismo y la negativa de ella, Aurea Soto, a que esos asesores pudiesen acompañar a la concejala popular Mónica Mourelo, encargada por su grupo para consultar y revisar el documento, siempre con la máxima discreción que exigió la concejal responsable del departamento. 'La especulación viene del desconocimiento', asegura, mientras deja caer que el modelo de ciudad que prevé el Plan puede no gustar al PP y que, en todo caso, lo que la edil de Urbanismo 'vende' como informe favorable de la Xunta no es tal, sino una conformidad legal de que el PXOM cumplió los trámites y condiciones que se requieren por ley.


DIÁLOGO

Fuentes consultadas han reconocido que el alcalde llamó recientemente a Fernández para plantear su apoyo al documento, pero la posible negociación se aplazó sin fecha -el alcalde emprendió el viaje a Máxico- y las críticas de Soto al talante del PP en materia urbanística no ayudan, reconoce el portavoz popular, a un buen entendimiento.

En el otro lado están los tres ediles del BNG, una formación que inició también la tramitación del PXOM junto con los socialistas, con los que gobernaba hasta que estalló la Operación Pokemon. En este caso, será un consello local, o bien una asamblea de militantes, la que decida qué voto pronunciar en ese pleno. Xosé Somoza, portavoz nacionalista, derivó cualquier valoración al criterio del consello aunque él ha detectado 'cousas positivas' en el documento, así como otras que sería preciso corregir en el plazo de alegaciones. Pese a la discreción, el BNG podría ser partidario de facilitar la aprobación inicial, la que abre la puerta a la información pública del PXOM y a la presentación de alegaciones, plazo en el que verdaderamente se podrán introducir las modificaciones y las condiciones necesarias para que finalmente salga adelante.

Así las cosas, la edil de Urbanismo no se ha cansado de pedir apoyo para el Plan -'es sostenible, pero sólo tenemos 11 concejales', volvió a decir- porque un 'no' de la mayoría sería una 'catástrofe' para la ciudad. La ordenación provisional con la que ahora trabaja se hundirá judicialmente y con ella desaparecerán múltiples recalificaciones privadas pero también proyectos de interés general, produciendo una situación 'insostenible'. Todo un reto para la actual Corporación.

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