El agua que salió al exterior tras la rotura de un canalización de residuales en el Polígono Industrial de San Cibrao no arrastraba productos contaminantes que pudieran ocasionar daños a la fauna y flora de un regato que desemboca en el río Barbaña. El canal es de hormigón y el Concello tiene previsto sustituirlo por una tubería de metal.
El grupo de gobierno de San Cibrao inició los trámites para sustituir el hormigón de la canalización de aguas residuales del polígono industrial, que cedió en la tarde del jueves a causa de una tormenta, por una tubería de metal y, así evitar nuevas roturas, dado que el canal de unos 100 metros de largo está deteriorado.
Al mismo tiempo, los técnicos municipales y de la concesionaria de aguas, la empresa Espina y Delfín, inspeccionaban la zona en que se produjo el vertido para cerciorarse de que no se produjo ningún tipo de contaminación. El agua no arrastraba ningún producto tóxico, explicó el gerente de la citada empresa, Enrique Iglesias.
La canalización conduce las aguas fecales del espacio industrial a la depuradora de San Cibrao. Los técnicos cerraron en la tarde del jueves, nada más enterarse de la rotura, todas las llaves de paso para evitar que salieran más restos al exterior y en la actualidad discurren por otra canalización hasta la depu radora, añadió Enrique Iglesias.
El agua de la tormenta, además de provocar la rotura de la canalización, ocasionó daños en la fábrica de Adolfo Domínguez, en la sede de la Asociación de Empresarios y la nave de la empresa de transportes Aníbal Blanco, además de inundar varias calles. Se está haciendo todo lo posible para subsanar la situación, afirmaban en la nave del modisto ourensano.
En este caso, el agua destrozó ordenadores, papeles y material que había acumulado.
En la asociación empresarial el líquido elemento entró por una tubería y los bomberos tuvieron que achicarlo para evitar que llegara a las mesas. La misma situación se produjo en la empresa de transportes.
Al mismo tiempo, los técnicos municipales y de la concesionaria de aguas, la empresa Espina y Delfín, inspeccionaban la zona en que se produjo el vertido para cerciorarse de que no se produjo ningún tipo de contaminación. El agua no arrastraba ningún producto tóxico, explicó el gerente de la citada empresa, Enrique Iglesias.
La canalización conduce las aguas fecales del espacio industrial a la depuradora de San Cibrao. Los técnicos cerraron en la tarde del jueves, nada más enterarse de la rotura, todas las llaves de paso para evitar que salieran más restos al exterior y en la actualidad discurren por otra canalización hasta la depu radora, añadió Enrique Iglesias.
El agua de la tormenta, además de provocar la rotura de la canalización, ocasionó daños en la fábrica de Adolfo Domínguez, en la sede de la Asociación de Empresarios y la nave de la empresa de transportes Aníbal Blanco, además de inundar varias calles. Se está haciendo todo lo posible para subsanar la situación, afirmaban en la nave del modisto ourensano.
En este caso, el agua destrozó ordenadores, papeles y material que había acumulado.
En la asociación empresarial el líquido elemento entró por una tubería y los bomberos tuvieron que achicarlo para evitar que llegara a las mesas. La misma situación se produjo en la empresa de transportes.
