El único helicóptero de la Policía Nacional con base permanente en Galicia desarrolla estos días tareas de vigilancia dentro del dispositivo de prevención de incendios establecido por este cuerpo. Bajo esta misión, su perímetro de actuación abarca principalmente el sur de Galicia. Pero el trabajo del Eurocopter EC-135 es habitualmente otro, y abarca desde controles de manifestaciones o afluencias, a refuerzo de brigadas de la policía judicial. Su adaptabilidad lo vuelve una herramienta especialmente efectiva.
El EC-135, helicóptero bimotor de la Policía Nacional con base en el aeropuerto de Lavacolla, levantó vuelo en Vigo, y a 6.000 pies de altura, avistó Ourense en su horizonte. En sólo 20 minutos aterrizó sobre ella. En su centro mismo. Algo que permiten muy pocas comisarías de España, asegura Víctor Nieto, inspector jefe que dejó de contar sus horas de vuelo cuando alcanzó las 7.000.
El Cóndor acecha las alturas de la ciudad periódicamente, pero durante el mes de agosto su presencia se intensifica al integrarse en el dispositivo especial de prevención de incendios. A 4.000 pies de altura (cada mil pies equivalen a 300 metros) su misión es controlar rescoldos, aunque en alguna ocasión ha tomado tierra y la tripulación ha colaborado en la extinción.
El EC-135, con una tripulación mínima de dos personas, es el único helicóptero de la Policía Nacional desplegado en Galicia. Su autonomía de tres horas de vuelo en condiciones estándar, y su capacidad para alcanzar los 135 nudos (unos 210 kilómetros por hora) y volar a baja altura, lo vuelven especialmente ágil en tareas de control de afluencias, cometidos de protección, seguimientos, o participación en brigadas de la policía judicial, asegura Víctor Nieto.
Su adaptación a distintos contextos lo vuelven aún más útil. En cierta medida, funciona como un mecano, ya que es posible ajustar a su estructura desde dispositivos telescópicos, a infrarrojos, flotadores, herramientas de visión nocturna, o depósitos extra de gasolina cuando las operaciones transcurren sobre el mar y es preciso dotar la aeronave de mayor autonomía.
Con apenas 500 horas de vuelo, este helicóptero ha venido a sustituir a un modelo anterior del año 1982 que acumulaba 7.000 horas de vuelo. El cambio es sustantivo. De hecho, la cabina es muy parecida a la de un Airbus. Entre las novedades que incorpora el nuevo helicóptero está la de volar aun en condiciones de baja visibilidad. Circunstancia no poco relevante cuando el campo de actuación es una Galicia donde la climatología a menudo es adversa.
La Policía contempla un doble acceso a la condición de piloto. A través de su propia escuela y una oposición restringida, para lo cual la edad límite son los 32 años; o, cuando ya se dispone del título de piloto comercial, a través de una prueba para la que la edad tope son los 35 años.
El Cóndor acecha las alturas de la ciudad periódicamente, pero durante el mes de agosto su presencia se intensifica al integrarse en el dispositivo especial de prevención de incendios. A 4.000 pies de altura (cada mil pies equivalen a 300 metros) su misión es controlar rescoldos, aunque en alguna ocasión ha tomado tierra y la tripulación ha colaborado en la extinción.
El EC-135, con una tripulación mínima de dos personas, es el único helicóptero de la Policía Nacional desplegado en Galicia. Su autonomía de tres horas de vuelo en condiciones estándar, y su capacidad para alcanzar los 135 nudos (unos 210 kilómetros por hora) y volar a baja altura, lo vuelven especialmente ágil en tareas de control de afluencias, cometidos de protección, seguimientos, o participación en brigadas de la policía judicial, asegura Víctor Nieto.
Su adaptación a distintos contextos lo vuelven aún más útil. En cierta medida, funciona como un mecano, ya que es posible ajustar a su estructura desde dispositivos telescópicos, a infrarrojos, flotadores, herramientas de visión nocturna, o depósitos extra de gasolina cuando las operaciones transcurren sobre el mar y es preciso dotar la aeronave de mayor autonomía.
Con apenas 500 horas de vuelo, este helicóptero ha venido a sustituir a un modelo anterior del año 1982 que acumulaba 7.000 horas de vuelo. El cambio es sustantivo. De hecho, la cabina es muy parecida a la de un Airbus. Entre las novedades que incorpora el nuevo helicóptero está la de volar aun en condiciones de baja visibilidad. Circunstancia no poco relevante cuando el campo de actuación es una Galicia donde la climatología a menudo es adversa.
La Policía contempla un doble acceso a la condición de piloto. A través de su propia escuela y una oposición restringida, para lo cual la edad límite son los 32 años; o, cuando ya se dispone del título de piloto comercial, a través de una prueba para la que la edad tope son los 35 años.
