Crece el interés por los inmuebles en los cascos históricos de las villas

Los ourensanos se decantan por la compra de viviendas en los cascos históricos, o en su defecto, por inmuebles antiguos para su rehabilitación. Esto es un hecho que se extiende por toda la provincia, desde la zona vieja de Ourense a las comarcas del Ribeiro, Celanova y Monterrei. ¿Los motivos? Desde la tranquilidad al ambiente más familiar y hasta las facilidades que impulsan las administraciones públicas para su compra y rehabilitación. La Consellería de Medio Ambiente, Infraestrutura e Vivenda, a través del Instituto Galego de Vivenda e Solo, concedió el pasado año seis ayudas por un importe global de 47.400 euros para la adquisición de cinco viviendas localizadas en los centros históricos de Ourense -cuatro ayudas para cuatro inmuebles- y Verín -dos ayudas para la misma vivienda-. En el conjunto de Galicia se repartieron 65 subvenciones por un importe global de 600.000 euros. También en municipios como Ribadavia están trabajando en esta línea y apuestan por potenciar sus centros históricos, o en Cortegada, donde el Concello está rehabilitando un edificio que le cedió una familia para destinar a viviendas sociales. En este municipio también tienen prevista la compra de otras dos casas. Así, la compra y rehabilitación de viviendas en “entornos tranquilos” está en auge, y no solo en el casco viejo, sino que los núcleos rurales próximos a las villas también son una opción muy demandada. Especialmente, cada vez son más los jóvenes que apuestan por ello, quienes tienen mayores posibilidades de recibir ayudas. BRAIS FIDALGO Y ROSIÑA ROJO (RIBADAVIA): “Para nós, esta zona de Ribadavia é das mellor conservadas de Galicia” “No momento no que vimos posible a compra dunha casa para poder rehabilitala no casco histórico de Ribadavia decidimos facelo, gústanos este lugar, é o sitio no que decidimos vivir, unha decisión activa e algo voluntario”, cuenta Brais Fidalgo, vecino de Ribadavia, que junto a su pareja, Rosiña Rojo, compraron una casa en el 2019, aunque llevan residiendo en el casco histórico desde 2009, de alquiler. Su futuro hogar está en proceso. Brais cuenta que esperan poder finalizar la rehabilitación antes de verano y en la época estival realizar la mudanza. Las ganas de llenar el inmueble de vida son inmesas, algo que se suma a la pasión que tiene la pareja por Ribadavia: “Non coñezo casco histórico en vilas mellor conservado, é dos mellores de Galicia para min, ademais aquí podes aspirar a axudas de ata 24 mil euros, aínda que a rehabilitación e adquisición das vivendas vai moito máis alá”, explica Fidalgo. Así, Rosiña y Brais cuentan los días para poder iniciar una nueva vida en su propia casa, tras años viviendo de alquiler, aunque Brais afirma haber estado “cómodo de alquiler, pero a hora de facer unha familia, ter unha casa propia é moito mellor”, concluye. SARA VEREA Y JAVIER POMBO (OURENSE) : “Yo estoy encantada, mi calle es una zona tranquila y estás muy céntrico” Sara Verea y Javier Pombo viven desde hace un año en el casco histórico de Ourense, en la calle Doutor Marañón. Compraron una vivienda a través de una ayuda de la Consellería de Medio Ambiente. Con 31 años, Sara tenía claro que quería vivir en el casco histórico: “Es un ambiente que me encanta, me llamó la atención por eso… Vivir aquí me gusta, además mi calle es una zona tranquila, estás céntrico, y me gusta salir por la zona de los vinos, el trato con la gente es ideal”, cuenta la joven ourensana. Y a través de esa subvención de la Administración gallega, que logró en parte por ser más joven de 35 años, Sara y su novio van poco a poco rehabilitando lo que están convirtiendo en su hogar. “Al final son pisos un poco antiguos y necesitan un lavado de cara y renovar ciertas partes, y aunque nos lleve tiempo porque vamos poco a poco, cuando se me dio la oportunidad de comprar lo tuve claro; dije, es ahora o nunca”, señala Sara, que está feliz y entusiasmada con la adquisición realizada y su proyecto ya en marcha de convertir el piso en un hogar. FERNANDO MARTÍNEZ Y SUSMARINA HINCAPIE (VERÍN): “Estamos contentos, es un lugar cómodo y comprar aquí es más barato” Fernando Antonio Martínez y su mujer, Susmarina Hincapie viven en el casco histórico de Verín desde hace un año. Se mudaron a la calle Muralla el pasado año tras lograr una subvención de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda para la compra de un apartamento. Ahora, contentos con su adquisición, continúan haciendo pequeños arreglos en su nueva morada, donde crían a sus dos hijas. “Antes vivíamos en Chaves, en Portugal, pero veníamos mucho a Verín por el tema del idioma, a comprar y demás y nos gustó más, entonces decidimos hacer aquí nuestra vida”, cuenta Fernando. Tras muchos papeleos para lograr la ayuda, Fernando y Susmarina disfrutan del ambiente del centro verinés, y aseguran estar “contentos, es un lugar cómodo y con todo a mano y comprar aquí es más barato”. Achacan que los fines de semana, “hay mucho barullo por la fiesta, pero no todo podía ser bueno”, concluye Fernando. MARÍA LOSADA Y JORGE VARELA (ALLARIZ): “Sempre fixen vida polo casco histórico, é o meu sitio, a zona pola que me movo” María Losada y Jorge Varela, su pareja, están estrenando vivienda propia. Hace dos meses escasos que se mudaron a lo que es su nuevo hogar, una casa que compraron en el casco histórico de Allariz. El proceso no fue excesivamente largo: “Foi na pandemia cando comezamos co tema, e xa estamos vivindo aquí, iso si, fixemos unha rehabilitación integral do inmoble”, cuenta la alaricana, que lleva toda su vida viviendo en el pulmón de la villa, eso sí, de alquiler. “Decidimos mercar a casa porque teño unha vinoteca aquí ao carón da casa, e sempre fixen vida no casco histórico, os meus amigos están aquí, e aínda que Allariz non é moi grande, este é o meu sitio, eu son da zona antiga, é o lugar polo que me movo”, explica orgullosa María. Ahora, la alaricana -es de una aldea del concello- y su pareja comienzan una nueva etapa en un lugar muy conocido por ellos pero con una novedad, en su propio hogar. TIVISAI FERNÁNDEZ Y MANUEL FERNÁNDEZ (RIBADAVIA): “Se nos presentó la oportunidad de vivir en el centro y no lo dudamos, es un lujo” Allá por el 2017, Tivisai Fernández y su marido, Manuel Fernández, arrancaban los papeleos para rehabilitar una casa en el casco histórico de Ribadavia, herencia de la abuela de Tivisai. “Nosotros antes viviamos de alquiler en una casa en Sampaio, pero se nos presentó esta oportunidad y no lo dudamos ni un segundo, vivir en el centro de Ribadavia, un lujazo”, apunta la propietaria. Tras la rehabilitación del inmueble, Tivisai y Manuel se mudaron a su nuevo hogar en junio de 2021. En menos de un año ya han comprobado que vivir en el centro histórico es “un lujazo”. “Nos gusta mucho este ambiente, salimos todos los fines de semana por el centro a tomar algo o cenar y es una gozada beber un vinito, dar cuatro pasos y estar en casa, sin necesidad de usar el coche”, añade esta vecina de Ribadavia, entusiasmada por su nueva rutina. YOLANDA RODRÍGUEZ Y MARCOS ÁLVAREZ (VILANOVA): “Tengo claro que no cambio esta vida por nada, esto es un ambiente idílico” Yolanda Rodríguez y Marcos Álvarez viven en el casco histórico de Vilanova dos Infantes (Celanova) desde hace más de 20 años, un lugar a un kilómetro de la villa y con un “encanto peculiar”. Se mudaron de Celanova a este entorno tras muchos años de esfuerzo y dedicación: “Compramos la casa cuando mi marido y yo éramos novios. Fuimos arreglándola los fines de semana, cuando teníamos tiempo y algo de dinero, tardamos cinco años en arreglarla”, cuenta Yolanda, quien junto a su marido construyó un hogar en el que crían a su hija de 11 años. “Vivir aquí es una maravilla, no cambio esta vida por nada, es un ambiente idílico… Los vecinos son como una familia, es un placer comer sin el ruido de la ciudad y tenemos una casa con todas las comodidades”, añade la celanovesa, orgullosa de lo que han logrado con el paso de los años.