La crisis, la justicia, el empleo y la vivienda fueron algunos de los protagonistas de la primera ofrenda que Agustín Fernández realizó en la Catedral a San Martiño, patrono de la ciudad, como alcalde de Ourense. Una intervención que quiso comenzar con el pasaje bíblico de la expulsión de los mercaderes del templo y en la que se refirió en varias ocasiones a la influencia de los mercados, sobre los que aseguró sentir 'xusta indignación' por ser capaces de 'arroxar as familias da súa morada para seguir aumentando o número intolerable de vivendas vacías'.
El regidor pidió al patrón ourensano ayuda para 'construir unha nova cidade e unha sociedade nova, nas que os dereitos das persoas sexan o fin primeiro e o seu benestar deixe de ser unha cuestión de cálculo contable'. Solicitó además, que 'o lume purificador' propio de los magostos 'consuma para sempre a voz dos maldicentes e os demagogos' que, añadió, 'arruinan a fama e a honorabilidade das persoas de ben en nome dunha xustiza xusticieira', posiblemente en alusión a los últimos acontecimientos vividos en el Concello.
Del mismo modo, Fernández pidió a San Martiño aliento para 'traballar polos que menos teñen', 'atopar xustiza que alivie o sufrimento desa inxente marea moderna de pobres lázaros sen emprego, sen vivenda e sen esperanza' y también para que los representantes públicos 'non claudiquemos ante os mercaderes'.
La ofrenda del alcalde fue seguida por la homilía del obispo, monseñor Leonardo Lemos, que reivindicó el papel de la Iglesia en la crisis, a pesar de que, aseguró, 'esta Igrexa, tantas veces mal comprendida por algúns, leva a cabo dun xeito silencioso pero efectivo (en referencia a servicios de ayuda, como Cáritas), sentíndose impotente ante unha situación que a supera'. Monseñor Lemos reclamó unidad, ya que 'soamente todos unidos podemos conseguir o que desunidos nos será imposible', abogando por evitar 'os reproches e enfrontamentos estériles'.
La celebración de San Martiño contó este año con una menor participación de la Corporación, representada, además de por el alcalde, por los socialistas Áurea Soto, José Carlos Martínez-Pedrayo y Alfonso Vilachá, y los populares Belén Iglesias, Bernardino González, Carmen Carballo y Aurelio Gómez Villar.
Ayer también la Sociedad Filatélica Miño inauguró en el Liceo su tradicional exposición de San Martiño.
Del mismo modo, Fernández pidió a San Martiño aliento para 'traballar polos que menos teñen', 'atopar xustiza que alivie o sufrimento desa inxente marea moderna de pobres lázaros sen emprego, sen vivenda e sen esperanza' y también para que los representantes públicos 'non claudiquemos ante os mercaderes'.
La ofrenda del alcalde fue seguida por la homilía del obispo, monseñor Leonardo Lemos, que reivindicó el papel de la Iglesia en la crisis, a pesar de que, aseguró, 'esta Igrexa, tantas veces mal comprendida por algúns, leva a cabo dun xeito silencioso pero efectivo (en referencia a servicios de ayuda, como Cáritas), sentíndose impotente ante unha situación que a supera'. Monseñor Lemos reclamó unidad, ya que 'soamente todos unidos podemos conseguir o que desunidos nos será imposible', abogando por evitar 'os reproches e enfrontamentos estériles'.
La celebración de San Martiño contó este año con una menor participación de la Corporación, representada, además de por el alcalde, por los socialistas Áurea Soto, José Carlos Martínez-Pedrayo y Alfonso Vilachá, y los populares Belén Iglesias, Bernardino González, Carmen Carballo y Aurelio Gómez Villar.
Ayer también la Sociedad Filatélica Miño inauguró en el Liceo su tradicional exposición de San Martiño.
