Milucho: “Cuando a uno no le importa que quede bien, sino echarnos, es que algo falla"

Emilio González habla, como en él es habitual, sin pelos en la lengua sobre el futuro de la Plaza de Abastos de As Burgas, en otro momento en el que son muchas más las dudas que las certezas en relación al proyecto. Pese a que no ahorra en críticas por la gestión de la actuación, invita a la clase política a unir fuerzas para conseguir el mejor resultado posible para que los placeros regresen al mercado y dejar libre así la Alameda. ¿Quieren los placeros irse de la Alameda? Los placeros lo que queremos es acabar con esa batalla mediática que dice que no nos queremos ir porque estamos ganando mucho dinero. Estamos deseando irnos, pero en condiciones. ¿Cuáles? Estamos hartos de decirlo, hay unas deficiencias muy graves, es un edificio bonito pero para trabajar no lo es. Cuando le dieron el proyecto a Acciona, fue por tres cosas: solucionaba la carga y descarga, las basuras y un continuo diálogo con los placeros. Preguntamos por la basura y nos dicen que hubo problemas estructurales, la carga y descarga hay que meterse en un montacargas, subir al entresuelo y cambiar a otro montacargas a 30 metros. Y el diálogo con los placeros, nos dicen textualmente que desde el Ayuntamiento no les habían dejado. ¿A qué cree que se debe eso? No sé a qué se debe, nos dijeron que había sido orden política. ¿Del propio alcalde? Imagino. Pero no solo este, sino también los anteriores. Con lo cual, nos encontramos con un edificio inacabado. Yo escuchaba hoy -se hizo el viernes la entrevista- que su camarilla no le contaba la verdad a Boris Johnson. Y yo digo, la camarilla de este alcalde no le ha contado la verdad, no sé si por miedo o por qué. Pero muchas cosas que va a leer en esta entrevista, las conocerá por primera vez. Como el molote este de cemento, preparado en su momento para un supermercado y que ahora se aprovechó para la carga y descarga, pero sin contemplar la salida de gases o provocando que la mercancía y la basura vayan en el mismo montacargas, algo que no parece muy saludable. Con todo, tras la petición de los placeros de documentación sobre el proyecto, me parece que hay algo de más movimiento y que se nos ha mandado dibujar los puestos. Pero para eso nos tienen que pasar el proyecto definitivo. Fui testigo de que tres veces ha mandado el alcalde que nos pasasen el proyecto y no ha llegado. ¿Son conscientes de que están ocupando la Alameda? Lo somos, pero también de lo que opinan los ciudadanos. Hemos notado que la gente está encantada de las comodidades actuales, accesibilidad o aparcar justo debajo. Pero como somos conscientes de que estamos ocupando un espacio público, también lo somos de que nos queremos ir para abajo, pero en condiciones. Y ahora mismo estaríamos volviendo al siglo XVII. No pedimos nosotros una pasarela desde Progreso, son los usuarios de la Plaza, los comerciantes del centro, porque le daría vida al Casco Histórico. También la integración del parking, los compradores exigen las mismas comodidades que en otras ciudades. Todo va a ir en beneficio de la ciudad, del turismo, de la hostelería, comercio. ¿Cree que la Plaza es en cierta medida víctima de la política? En cierta medida, sí. Cuando a uno no le importa si queda bien, mejor o peor y solo quiere la foto electoral de decir que eché a los placeros de la Alameda, algo falla. De todos modos, digo que la Plaza de Abastos debe verse como un proyecto estratégico de ciudad. Siempre dije que era el kilómetro cero del termalismo, que dependen de ella más de 100 familias y vienen muchas excursiones. No puede haber, por ejemplo, solo un baño en cada planta, que es lo que ha quedado ahora. Chocan todos estos problemas cuando estamos ante una inversión muy potente. Tan importante es la intervención del edificio como la urbanización del entorno. Y se nos dijo, palabras textuales, que habrá un proyectito de mínimos, para acabar cuanto antes y sacarse la foto electoral en febrero de que nos echa de la Alameda. Hace poco, tuvimos una asamblea general y los placeros salieron tristes. Si esto va a quedar como parece, es el modelo de la Plaza de A Ponte. Por parte de los placeros siempre hubo ilusión por volver porque pensaron que mejorarían, pero es que iríamos para atrás. Los ourensanos se tienen que enterar de que todo estaba proyectado de otra forma. ¿El objetivo debería ser la funcionalidad? Debería, al menos, opinar quién la va a usar, no creo que estén capacitados dos o tres arquitectos por sí solo. Por ejemplo, han excavado una roca gastando y dilapidando dinero para una evacuación cuando hay dos puertas exteriores. Ha tomado decisiones gente que no tenía que haberlo hecho. ¿Alguien que no sabe cómo funciona un mercado? Se puede saber muchísimo de arquitectura, pero el funcionamiento de una Plaza hay que conocerlo. No se ha hablado con los placeros en 15 años. Ya está bien de que opinen iluminados. Pero como digo eso, también digo que será el último día de críticas. Los asociados nos piden luchar por soluciones, no quieren parar de trabajar, queremos ir a nuestra Plaza. Pido borrón y cuenta nueva y por eso hemos dicho que existen fondos Next Generation. Se lo comunicamos por activa y por pasiva al Concello, es cuestión de voluntad y nosotros ponemos una arquitecta a disposición del Concello para lo que haga falta. Y también la Xunta debe apoyar este proyecto. ¿Están los placeros dispuestos a poner dinero? Cuando dicen que los placeros no pusimos un duro, hubo una media de 30.000 euros para ir a la Alameda. En 2018 se pidió un crédito y muchos aún lo están pagando, no se le puede pedir esfuerzos toda la vida. Y además nos quedan siete años de concesión, si piden inversión habrá que hacer muchos cálculos. Debería ser la mínima posible. Hace falta mucho diálogo, hasta hace nada ni nos dejaban ver el edificio. Pero insisto, borrón y cuenta nueva. Pondremos todo lo posible de nuestra parte. No digo esto para que los placeros estemos más tiempo en la Alameda como nos acusan, lo que estoy diciendo es como ciudadano. La Plaza y el kilómetro cero del termalismo se merecen un mejor trato que una foto política en febrero diciendo que nos echaron. ¿Y si ordena esa foto? Pues para eso hemos pedido la documentación y como pensamos que se han hecho cambios sustanciales, no sería algo que decidiese el alcalde, sino que serían los jueces los que dirían si nos tenemos que ir. Pero insisto, no está en nuestro ánimo llegar a eso, sino partir de cero y que la camarilla le cuente al señor alcalde que hay hoy que el edificio no está terminado y los problemas que hay. Y que una urbanización de un edificio de cinco millones no puede ser de mínimos, máxime al lado de As Burgas, del Casco Vello. ¿Otras ciudades se pelearían por tener estos recursos ahora desaprovechados? Medio mundo se pelearía por tener esta Plaza de Abastos, millones de litros de agua caliente al día, el río. ¿Qué pasa en Ourense para no sacarle partido? Los grandes estadistas se han acabado en esta ciudad y, sobre todo, desde lo de la juez De Lara, que hizo un gran daño, Ourense va de mal en peor.