El destino: entre el extranjero o las ferias

Material incautado por la Policía. (Foto: ARCHIVO)
Las joyas sustraídas se mueven por el mercado ilícito a través de distintos caminos.
Cuando los robos son perpetrados por grupos organizados, casi siempre foráneos, toman un cauce bien distinto a cuando la autoría es atribuible a ladrones afincados en la provincia. En el primer caso, según reconoce un inspector de la Policía Nacional, las investigaciones siempre se complican algo más porque 'los botines que consiguen enseguida los remiten por correo postal o mensajería a sus países de origen, como, por ejemplo, Rumanía'. A estos grupos les caracteriza la inmediatez, ya que no es la primera vez que -comentan fuentes policiales- que les pisan los talones y cuando llega el momento de la entrada y registro de sus viviendas ya no encuentran ni rastro de las joyas sino recibos postales de envíos al extranjero.

Los delincuentes oriundos de la provincia que se especializan en un momento dado en lo asaltos a domicilios están dentro de un entramado en el que también hay receptadores que son los que mueven las joyas y buscan compradores en determinados círculos que pase restringido. Otras de las formas de moverlas es en ferias de grandes ciudades (fuera de Ourense) o en casas especializadas en compra-venta de oro. No obstante, estos últimos negocios llevan un libro de registro en que queda constancia de los vendedores, con su respectiva identidad.

Según explica la Policía, con periodicidad regular deben mostrarlo en Comisaría, lo que no pocas veces ha ayudado a resolver casos.

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