Un vecino de Ourense está implicado en esta operación contra la compra-venta ilegal de pistolas.
El ourensano D.A.I., de 31 años, fue uno de los nueve detenidos a finales de marzo en la llamada operación Bulldog, que permitió desmantelar un taller de armas clandestino que funcionaba en Valladolid. Según precisaron en la Guardia Civil, el único gallego implicado en esta trama está imputado por tenencia ilícita de las armas que supuestamente adquirió a través de la página web de la que se valía el negocio vallisoletano para dar salida al armamento que allí se preparaba.
La operación se inició en Valladolid a principios de año, en el marco de la actividad de control que realiza el instituto armado para detectar posibles cometidos ilícitos a través de internet. A través del intercambio de información de distintas comandancias, incluida la de Ourense, se tuvo conocimiento de la posible existencia de una persona, residente en la provincia de Valladolid, que pudiera estar vendiendo armas de fuego fabricadas artesanalmente a través de páginas web especializadas en las que los compradores y vendedores se registran para efectuar estas compras. Concretamente, investigaron un anuncio en el que se publicitaba un revólver, con fotografías del mismo y con expresiones como "ha sido recalibrado al calibre 22" e incluso que "alguien lo adaptó para disparar" y "el que lo reformó tenía que ser un artista".
Analizadas las imágenes por un técnico especializado, se comprobó que las modificaciones que se habían realizado en el arma sólo pueden haber sido hechas por un experto con amplios conocimientos en armas.
La investigación se centró en el "nick" utilizado en internet de la persona que realizaba la publicidad de este lote, así como otros de ya vendidos por la misma persona, comprobando que había vendido, desde su alta en esta página, en un mes seis armas que se correspondían con dos revólveres Buldog, un pequeñísimo revólver, una pistola FN 1900 Mataduques, un bolígrafo pistola, y una pistola Derringuer, vendidas a cinco compradores distintos, concretamente vecinos de las provincias de Málaga, Granada, Valencia, Albacete, Ourense y Vizcaya . A través de foros en internet, se ofertaba munición de diverso calibre, y se informaba de las próximas armas que se pondrían a la venta.
Tras analizar toda la información disponible, tipos de armas y provincias donde se habían hecho transacciones e identificar a sus destinatarios, se procedió a realizar los registros simultáneos en las provincias citadas, descubriendo un taller clandestino en un trastero de una vivienda de Laguna de Duero (Valladolid), donde se fabricaba, manipulaba y modificaban las armas de fuego. La operación culminó con la detención de dos personas en Valladolid, una en Valencia, una en Ourense, tres en Granada, una en Vizcaya y una en Málaga.
