Días de fervor religioso

Los sacerdotes de la Diócesis de Ourense concelebraron la solemne Misa Crismal precedida de un retiro en la parroquia de Santa Eufemia.
Con la catedral llena de fieles, 108 sacerdotes y el abad de Oseira renovaron ante el obispo las promesas sacerdotales. La misa celebrada en la tarde de ayer está considerada como la más importante del año litúrgico ya que en ella se consagra el Crisma y se bendicen los óleos de los enfermos y de los catecúmenos. Sendos óleos son utilizados a lo largo del año en la administración de distintos sacramentos.

Monseñor comenzó su homilía recordando que era la última misa crismal que celebraba en la diócesis. “Los sentimentos de Cristo -comenzó diciendo- y de los apóstoles deben ser los de los sacerdotes”.

Seguidamente, centró sus palabras en la Última Cena, que es, dijo, “el reflejo de todo el sentir de Cristo y la unión al Salvador en el camino de la Cruz”.

El prelado terminó su alocución exhortando “a recuperar la ilusión de que nuestra fortaleza está en Cristo”.

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