'Se prohíbe escupir, colgar ropa, sacudir alfombras en La Luna. El que deje algún grifo abierto abonará los daños que ocasione'. Este cartel, situado en el hermoso patio interior al que dan todos los pisos del edificio, hace suponer que el propie

Un edificio donde todo es espectacular

Todo en este edificio es espectacular, desde la fachada hasta el portal, las escaleras o el patio conocido como 'La Luna'.
Don Fermín García Villalón vino de su pueblo, Villalón de Campos, a finales del XIX. Se casa y encarga su vivienda al arquitecto Vázquez Gulías en 1910, ocupando el antiguo solar de un colegio del que Gulías conservó la capilla en plena Plaza Mayor. Don Fermín instala su vivienda de 14 habitaciones en la primera planta (que conserva intacta su primitiva distribución), y el almacén de quincalla, en la planta baja con acceso directo desde su vivienda. El resto lo alquila a distintos inquilinos. Gulías se iniciaría con esta casa como el arquitecto preferido de los almacenistas, los ricos de su tiempo, que tienen el buen gusto de dejarse guiar por la sabiduría del arquitecto modernizando la ciudad y dándole un aire de prosperidad.

Don Fermín no disfruto mucho tiempo de su casa, falleciendo a finales de los años veinte del siglo XX. Su primo, Federico Cisneros, viene a trabajar con él y se instala en el tercer piso. Sus descendientes acabarían siendo propietarios de todo el edificio. Su hija Isabel ocupa en la actualidad el primer piso, conservando parte del mobiliario. El antiguo almacén de don Fermín, que se cerró a finales de los ochenta, lo ocupa hoy, en régimen de alquiler, una sala de exposiciones de la antigua Caixanova, entidad que hace unos años aspiraba a la propiedad total.

En sus más de cien años de existencia, el edificio de don Fermín tuvo inquilinos muy variados. Aquí montaron su primera consulta y su vivienda el matrimonio de dentistas rusos Dainow, huidos de la Revolución del 17. Durante la guerra y parte de la posguerra instalaron sus oficinas Falange y la Sección Femenina; el popular locutor de Radio Orense Pedro Arcas vivió en el tercero; el contratista Vicente Rodríguez, y, en la fantástica buhardilla, el comerciante Luis Borrajo. El jardín, situado en la trasera y en gran parte ocupado por viñas, llegaría hasta el puente de la Burga`, limitando con el del abogado Pérez Ávila.

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