Asegura tener miedo y dice que ‘apenas salimos porque desconocemos quién está haciendo esto’

El emigrante extorsionado en Ramirás teme que el autor cumpla su amenaza y quemen su casa

 Miguel Ángel Castor Gayo, frente a la vivienda en la que debería dejar el dinero.  (Foto: Miguel Angel)
El emigrante retornado de Ramirás que sufrió un intento de extorsión asegura tener miedo de que el autor cumpla su amenaza y queme su casa cuando estén durmiendo. El hombre, de 80 años, apenas sale del pueblo desde que recibió una carta amenazándole, que le dejaron sobre un buzón de correos, reclamándole 4.500 euros. ‘No sé quién está haciendo esto’.
‘Un buen susto, que aún no me pasó. Tengo miedo, apenas salgo de casa porque no sé quién es la persona que me está haciendo esto’. Son las palabras de Castor Gayo Vispo, de 80 años, el emigrante retornado de Ramirás que hace días sufrió un intento de extorsión. ‘Soy una persona mayor, que junto con mi esposa vivo de la pensión de jubilación. No soy empresario, ni tengo negocios o dinero’, afirma aún temeroso.

Castor Gayo regresó al pueblo hace 10 años, después de pasar más de 40 emigrado en Venezuela. En la actualidad invierte su tiempo en conversar con los vecinos y cultivar un pequeño huerto. ‘Nunca imaginé que pudiera pasarme esto y tengo miedo porque los extorsionadores pueden llegar a cumplir sus amenaza’, apunta.

El intento de extorsión comenzó en la tarde del pasado 3 de octubre cuando Castor Gayo se percató de que encima del buzón de correo había un papel enrollado y anudado con un cordón de zapatos. ‘Al desenvolverlo comprobé que era una hoja de calendario, que estaba escrita por la parte posterior’, relata el emigrante, recordando que estaba acompañado de un amigo (un conocido médico de la ciudad) y entre ambos comenzaron a leer. ‘No se entendía muy bien lo que decían en el texto. Al principio comenzaban diciendo que eran dos rumanos y que les debía entregar 4.500 euros, que si no les pagaba prenderían fuego a mi vivienda’, añade.

La petición le sorprendió y, aconsejado por su amigo, se personaba con el papel en el cuartel de la Guardia Civil, donde denunciaba los hechos.

No había tiempo que perder, dado que el plazo que fijaban los extorsionadores para entregar el dinero estaba a punto de cumplirse. ‘Desconozco cuánto tiempo podría llevar el papel encima del buzón, pero los autores reclamaban que les fuera entregado el dinero el sábado 5 de octubre a las dos de la mañana, pero tuvieron que equivocarse al escribir la nota porque el 5 de octubre fue domingo’, comenta Castor Gago.

‘No tengo enemigos’

El dinero, según las instrucciones de los presuntos extorsionadores, tendría que estar en una caja de zapatos o en una bolsa que el emigrante retornado debería colocar en la puerta de una casa que tiene cercana a la carretera, que enlaza Celanova y Cortegada.

Para evitar posibles errores colocó el dinero tal y como le indicaron a las dos de la madrugada del sábado, día 4, y a la misma hora del día siguiente, pero en ninguna de las dos ocasiones acudieron los presuntos extorsionadores a recogerlo.

Castor Gayo ni se imagina quiénes pueden ser los autores de la misiva. ‘Me llevo bien con todos los vecinos, creo que no tengo ningún enemigo’, explica.

Desde que recibió la carta le cuesta conciliar el sueño y los primeros días ni comía. ‘Nunca sabes lo que puede pasar con este tipo de gente. Aseguraban que son rumanos, pero a lo mejor escribieron eso para despistar, aunque la carta parece estár escrita por una persona que no se defiende demasiado bien en castellano’, añade.

Otra de las instrucciones de los presuntos extorsionadores era que no avisara a ningún vecino ni a la Guardia Civil, pero Castor Gayo la ignoró y los agentes ‘blindaron’ en las madrugadas del día 4 y 5 de octubre el municipio de Ramirás con el objetivo de detenerlos. Castor Gayo agradecía ayer a la Guardia Civil el trabajo realizado y la preocupación que demostraron por su caso. Los agentes continúan vigilando la zona al tiempo que recaban pruebas para detener a los autores.

La carta está siendo analizada en un laboratorio y la investigación se centra en el entorno del octogenario ante la sospecha de que los presuntos extorsionadores conocen sus movimientos y pueden tener el domicilio en el municipio de Ramirás. Los investigadores descartaban ayer que tras el intento de extorsión esté una banda organizada. ‘Además de conocer dónde reside la víctima, saben que tiene otra casa cerca de la carretera’, señalaron fuentes del instituto armado.

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