El parón preocupa a las asistencias técnicas, que ven finalizar su contrato con la obra sin acabar

Las empresas sólo trabajan al 10% en el AVE Taboadela-Porto

Un obrero tapiaba un túnel en Maus, en el tramo Porto-Taboadela del AVE el pasado día 4. La imagen muestra la ralentización de los trabajos. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Definitivamente, los subtramos más avanzados de la línea de alta velocidad ferroviaria a Galicia, los comprendidos entre Porto y Taboadela, se pararán este verano, con el compromiso de Adif a las empresas constructoras de que continuarán en enero.
Adjudicatarias de las obras y subcontratas ya han dado vacaciones a parte de sus responsables y operarios, y el trabajo se ralentiza en los subtramos hasta reducirse al 10% del total, y consiste en ultimar algunos detalles pendientes y asegurar laderas y proteger estructuras para cuando lleguen las lluvias o la nieve del otoño y del invierno. Con todo, siguen trabajadores haciendo tareas de construcción porque, precisan las empresas, una obra de esta envergadura no puede pararse en su totalidad de inmediato. Y sigue vendiéndose material de construcción, confirma una empresa suministradora, pero a un ritmo 'bajísimo'.

Subcontratas consultadas por La Región, que adelantó el parón, confirman esta situación, la misma que ha tapiado parte de un túnel en Miamán-Porto porque la obra se ha parado y hay que protegerla de desaprensivos o de la climatología adversa, cuando los operarios abandonen el lugar. Han señalado también que a partir de septiembre únicamente quedará un retén en los subtramos a modo de vigilancia.

El gestor de infraestructuras ferroviarias, Adif, que recientemente ha confirmado el parón en los subtramos Taboadela-Ponte Ambía, Ponte Ambía-Miamán y Miamán-Porto -los más adelantados del trazado Lubián-Ourense-, lo justifica en la necesidad de 'dar prioridad' a los trabajos menos avanzados y poner 'a pleno rendimiento' la construcción de los túneles entre Lubián (Zamora) y Porto (Vilar de Barrio) y la plataforma a cielo abierto de la comarca de A Gudiña. La intención es, dijo, facilitar la entrada en servicio de la conexión Madrid-Galicia en 2018 pero 'utilizando los recursos de manera eficiente, en función de las disponibilidades presupuestarias'.


MALESTAR

Sin embargo, la estrategia de concentrar el presupuesto disponible en los tramos más retrasados y parar los más avanzados ha que generado un continuo reguero de quejas y preocupación en los trabajadores y empresas de los tramos casi ultimados y, aunque no hay pronunciamientos públicos, sí reconocen el miedo al parón, al tiempo que alertan ya de retraso en los pagos de las obras pendientes. 'A las subcontratas nos van pagando pero intentan ganar tiempo pidiéndonos papeles y más papeles, con lo que los plazos se retrasan', reconocía ayer mismo el responsable de una subcontrata del tramo de Porto-Taboadela.

Además, esta misma estrategia ha disparado la tensión entre Adif y las ingenierías que tiene contratadas para la supervisión de las obras, asistencias técnicas que han puesto el grito en el cielo, según recogen periódicos de Madrid como Cinco Días, porque muchos de los proyectos han sido reprogramados para reducir el ritmo de ejecución, adecuándolo a unos recursos económicos cada vez más escasos, lo que provoca que venzan contratos de control de obra con la infraestructura sin terminar, algo que ocurre ya entre Porto y Taboadela. Señala, además, que Adif intenta alargar el servicio de estas asistencias a precio cerrado y sin precisar el tiempo de duración, lo que les obligaría a prolongar los contratos sin fecha final y sin renovación de pagos, lo que ha generado un gran malestar entre los ingenieros supervisores como ya ocurrió antes con los propios contratistas.

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