Hace 16 años comenzó a fraguar en Enrique Granda la idea de crear un festival especializado en la música rock. Tras recorrer la geografía asturiana, el Derrame Rock recala mañana en Ourense, con la previsión de superar las cifras de asistencia de otros años.
¿Qué motivos les trajeron a Ourense?
Fue a raíz de la organización del XXX aniversario de Los Suaves. Entonces conocí las instalaciones y la forma de proceder de la gente de Cultura y la visión que tenían en cuanto a apostar por eventos integrales, no sólo concretos. A partir de eso, comenzamos a negociar. Al final fructificó y decidimos venir aquí a pesar de llevar muchos años haciéndolo en otro lugar.
Al no ser el sitio donde estaban acostumbrados a organizarlo, ¿qué retos se presentaban?
Yo creo que el festival va a mantener la identidad y Ourense al Derrame le viene como un guante. De las principales ciudades de Galicia, es la más rockera con diferencia y encaja con la filosofía del festival. El Derrame Rock tiene una identidad propia y va a mantener la misma seña de identidad en cuanto a montaje, producción, infraestructuras... incluso vamos a mejorar con relación a otros años.
Llevan varios días por aquí. ¿Qué sensaciones perciben?
Ha sido un trabajo muy bueno, porque la gente de Ourense que está relacionada con la música rock está volcada; sí que los notamos con ganas. Pero también que el mensaje del Derrame Rock ha calado en una parte de la sociedad que no tiene que ver con este tipo de festival. Al ir a cualquier parte y presentarnos como los del Derrame Rock, ya nos conocen.
El Derrame Rock no se plantea ni como un festival itinerante ni como arraigado a un solo lugar.
Nuestra primera opción para el año que viene es seguir en Ourense, a pesar de que nos están llamando de otros sitios y hemos firmado por un año. Lo bueno de estar en un lugar nuevo es que la gente se ilusiona, pero al pasar los años, las instituciones se acomodan y creen que las cosas se hacen solas. Cuando llega ese punto, itineramos. Es la quinta vez que lo hacemos, aunque hasta ahora no habíamos salido de Asturias. En el último, en Pravia, estuvimos seis años porque tuvimos un rollo excepcional con la gente del ayuntamiento. De hecho, nos fuimos con una relación espléndida. En un principio, a mí me gustaría hacer un proyecto largo en Ourense.
Entonces, ¿conocer la ciudad también les va dando ideas?
Sí. De hecho, nos gustaría, si lo hacemos más tiempo, que el festival ambientase la ciudad durante más tiempo que los tres días de duración. Incluso durante las mañanas, hacer algo como sesiones vermú. Tenemos una idea clara de como podría ser en un futuro.
Al festival de este año vendrán grupos como M-Clan o Muchachito Bombo Infierno, con sonidos menos rock. ¿Tratan de abrirse a todo tipo de públicos?
De alguna manera, hacemos lo que nos da la gana. En ese sentido, lo mismo que contaba sobre los cambios de sitio ocurre con los grupos. Tenemos una visión amplia, pero tenemos claro que la base del festival es el rock estatal.
Dentro de la complicada situación de la industria musical, ¿qué papel juegan los festivales?
Que los grupos puedan tocar en directo es lo que queda. Han desaparecido muchos festivales porque en épocas de bonanza, cualquiera que tenía dinero hacía un festival. Ahora quedamos los certámenes profesionales. Yo creo que cuantos más festivales haya, mejor; cuantos más conciertos, mejor. Es cuestión de crear hábitos
Fue a raíz de la organización del XXX aniversario de Los Suaves. Entonces conocí las instalaciones y la forma de proceder de la gente de Cultura y la visión que tenían en cuanto a apostar por eventos integrales, no sólo concretos. A partir de eso, comenzamos a negociar. Al final fructificó y decidimos venir aquí a pesar de llevar muchos años haciéndolo en otro lugar.
Al no ser el sitio donde estaban acostumbrados a organizarlo, ¿qué retos se presentaban?
Yo creo que el festival va a mantener la identidad y Ourense al Derrame le viene como un guante. De las principales ciudades de Galicia, es la más rockera con diferencia y encaja con la filosofía del festival. El Derrame Rock tiene una identidad propia y va a mantener la misma seña de identidad en cuanto a montaje, producción, infraestructuras... incluso vamos a mejorar con relación a otros años.
Llevan varios días por aquí. ¿Qué sensaciones perciben?
Ha sido un trabajo muy bueno, porque la gente de Ourense que está relacionada con la música rock está volcada; sí que los notamos con ganas. Pero también que el mensaje del Derrame Rock ha calado en una parte de la sociedad que no tiene que ver con este tipo de festival. Al ir a cualquier parte y presentarnos como los del Derrame Rock, ya nos conocen.
El Derrame Rock no se plantea ni como un festival itinerante ni como arraigado a un solo lugar.
Nuestra primera opción para el año que viene es seguir en Ourense, a pesar de que nos están llamando de otros sitios y hemos firmado por un año. Lo bueno de estar en un lugar nuevo es que la gente se ilusiona, pero al pasar los años, las instituciones se acomodan y creen que las cosas se hacen solas. Cuando llega ese punto, itineramos. Es la quinta vez que lo hacemos, aunque hasta ahora no habíamos salido de Asturias. En el último, en Pravia, estuvimos seis años porque tuvimos un rollo excepcional con la gente del ayuntamiento. De hecho, nos fuimos con una relación espléndida. En un principio, a mí me gustaría hacer un proyecto largo en Ourense.
Entonces, ¿conocer la ciudad también les va dando ideas?
Sí. De hecho, nos gustaría, si lo hacemos más tiempo, que el festival ambientase la ciudad durante más tiempo que los tres días de duración. Incluso durante las mañanas, hacer algo como sesiones vermú. Tenemos una idea clara de como podría ser en un futuro.
Al festival de este año vendrán grupos como M-Clan o Muchachito Bombo Infierno, con sonidos menos rock. ¿Tratan de abrirse a todo tipo de públicos?
De alguna manera, hacemos lo que nos da la gana. En ese sentido, lo mismo que contaba sobre los cambios de sitio ocurre con los grupos. Tenemos una visión amplia, pero tenemos claro que la base del festival es el rock estatal.
Dentro de la complicada situación de la industria musical, ¿qué papel juegan los festivales?
Que los grupos puedan tocar en directo es lo que queda. Han desaparecido muchos festivales porque en épocas de bonanza, cualquiera que tenía dinero hacía un festival. Ahora quedamos los certámenes profesionales. Yo creo que cuantos más festivales haya, mejor; cuantos más conciertos, mejor. Es cuestión de crear hábitos
