Una explosión provocada por una fuga de gas butano hirió de gravedad a una vecina de O Carballiño, Natalia Pérez Fernández, de 49 años. La mujer fue trasladada en helicóptero a Povisa (Vigo), ingresando en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Sufre quemaduras de segundo y tercer grado en la mitad de su cuerpo, por cuyo motivo su diagnóstico es grave.
Eran las 8,20 horas de ayer cuando un fuerte ruido despertó a la mayoría de los vecinos del entorno de la calle Eusebio Lorenzo Valerón. Se producía en el piso segundo B, del inmueble número 20. Cuando se asomaron vieron los escombros y enseres de cocina, entre otros restos, que habían caído a la calle y en algunos balcones de los edificios de enfrente, además de varias ventanas con los cristales rotos. Una viandante sufrió una contusión en la cabeza por causa de un cascote que le cayó encima y otra mujer una crisis de ansiedad, por lo que debieron de ser atendidas en el Centro de Salud. Al mismo tiempo, un coche estacionado al pie del edificio quedaba completamente destrozado.
José García, que reside con su mujer en la primera planta del edificio afectado, fue uno de los primeros vecinos en reaccionar tras el susto inicial que originó la fuerte explosión, seguida de otra de menor envergadura. Este vecino al ver las tuberías de gas dañadas y comprobar que también había fugas en el abastecimiento de agua, cerró los conductos de forma inmediata. La calle se llenó rápidamente de vecinos: 'Salimos a la calle tras la explosión, todo el edificio retumbó y pensamos que había sido una bomba', manifestaban Fernanda Martínez y Rocío Bello, quienes aseguraron que 'en tres minutos ya estaban aquí la Policía Local y Protección Civil'.
Dentro de la casa siniestrada, las dependencias más afectadas fueron la cocina, el salón y una habitación, y la menos el dormitorio en el que se encontraba la herida.
HERIDAS EN EL 50% DEL CUERPO
El alcalde de Carballiño, Argimiro Marnotes, se mantuvo durante toda la mañana en las inmediaciones de la vivienda, interesándose por la situación del edificio y, sobre todo, por la salud de Natalia Pérez. A última hora de la tarde, confirmaba que 'las noticias que tenemos sobre la herida es que continúa en la UCI de Povisa y que tiene el 50% del cuerpo con quemaduras'. El regidor también se refirió al propietario de la vivienda colindante, manifestando que ya estuvieron allí los inspectores de compañía aseguradora y 'el Concello está dispuesto para lo que le haga falta'. La calle era abierta al tráfico a última hora de la mañana, si bien 'se colocaron vallas al pie del edificio para evitar los aparcamientos y el paso de peatones por la acera como medida de precaución', indicó.
José García, que reside con su mujer en la primera planta del edificio afectado, fue uno de los primeros vecinos en reaccionar tras el susto inicial que originó la fuerte explosión, seguida de otra de menor envergadura. Este vecino al ver las tuberías de gas dañadas y comprobar que también había fugas en el abastecimiento de agua, cerró los conductos de forma inmediata. La calle se llenó rápidamente de vecinos: 'Salimos a la calle tras la explosión, todo el edificio retumbó y pensamos que había sido una bomba', manifestaban Fernanda Martínez y Rocío Bello, quienes aseguraron que 'en tres minutos ya estaban aquí la Policía Local y Protección Civil'.
Dentro de la casa siniestrada, las dependencias más afectadas fueron la cocina, el salón y una habitación, y la menos el dormitorio en el que se encontraba la herida.
HERIDAS EN EL 50% DEL CUERPO
El alcalde de Carballiño, Argimiro Marnotes, se mantuvo durante toda la mañana en las inmediaciones de la vivienda, interesándose por la situación del edificio y, sobre todo, por la salud de Natalia Pérez. A última hora de la tarde, confirmaba que 'las noticias que tenemos sobre la herida es que continúa en la UCI de Povisa y que tiene el 50% del cuerpo con quemaduras'. El regidor también se refirió al propietario de la vivienda colindante, manifestando que ya estuvieron allí los inspectores de compañía aseguradora y 'el Concello está dispuesto para lo que le haga falta'. La calle era abierta al tráfico a última hora de la mañana, si bien 'se colocaron vallas al pie del edificio para evitar los aparcamientos y el paso de peatones por la acera como medida de precaución', indicó.
