El interventor de un banco, Ramón A.M., y otras dos personas (Julio P.C. y Eduardo G.V.) se enfrentan a seis años de prisión cada uno por un supuesto delito de falsedad en documento mercantil en concurso con estafa. La fiscal solicita para Manuel P.C. y Delfín L.F tres años y siete meses de prisión. Reclama una indemnización al banco de 328.374 euros. El juicio sigue hoy.
Nadie, ni yo mismo, ha obtenido beneficio alguno. Así explicaba Ramón Leandro A.M. ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia provincial el resultado de los hechos por los que ayer se sentaba en el banquillo de los acusados, junto a otras cuatro personas. A todas se les imputa un presunto delito de falsedad en documento mercantil en concurso con otro de estafa.
Ramón Leandro A.M. era interventor de una sucursal bancaria de San Cibrao das Viñas. La fiscal le acusa de haberse valido de esta condición para generar un artificio capaz de vencer las barreras de protección de las entidades bancarias consiguiendo dinero en efectivo mediante desplazamientos patrimoniales entre distintas cuentas bancarias en perjuicio final del banco.
Ayer, el acusado declaró que había realizado estas operaciones para hacer frente a créditos y renting de otro de los acusados, Eduardo G.V., a quien él había respaldado para que se le concedieran esos préstamos en el banco. De esta forma, aseguró haberse hecho cargo de esa deuda, ya que en el banco me seguían forzando a que quedara todo extinguido.
Asegura también que ingresó varios cheques y pagarés en la cuenta de Eduardo G.C., pagados a cargo de otra cuenta de los otros imputados Julio P.C., Delfín L.F. y Manuel P.C. Después, supuestamente reponía la cantidad en estas cuentas a través de una transferencia especial que permite contar con dinero en efectivo el mismo día. Los otros acusados aseguraron que dieron los cheques al interventor para ayudarlo, ya que a ellos no le restaba dinero, pero que desconocían lo que él hacía con esos talones.
Ramón Leandro A.M. era interventor de una sucursal bancaria de San Cibrao das Viñas. La fiscal le acusa de haberse valido de esta condición para generar un artificio capaz de vencer las barreras de protección de las entidades bancarias consiguiendo dinero en efectivo mediante desplazamientos patrimoniales entre distintas cuentas bancarias en perjuicio final del banco.
Ayer, el acusado declaró que había realizado estas operaciones para hacer frente a créditos y renting de otro de los acusados, Eduardo G.V., a quien él había respaldado para que se le concedieran esos préstamos en el banco. De esta forma, aseguró haberse hecho cargo de esa deuda, ya que en el banco me seguían forzando a que quedara todo extinguido.
Asegura también que ingresó varios cheques y pagarés en la cuenta de Eduardo G.C., pagados a cargo de otra cuenta de los otros imputados Julio P.C., Delfín L.F. y Manuel P.C. Después, supuestamente reponía la cantidad en estas cuentas a través de una transferencia especial que permite contar con dinero en efectivo el mismo día. Los otros acusados aseguraron que dieron los cheques al interventor para ayudarlo, ya que a ellos no le restaba dinero, pero que desconocían lo que él hacía con esos talones.
