Durante el año pasado 117 víctimas de malos tratos se retractaron de la denuncia contra su agresor. La cifra significa, según la Fiscalía ourensana, un importante aumento con respecto a la alcanzada en años anteriores y responde al posterior conocimiento que tienen las víctimas de las consecuencias de su denuncia. Por otro lado, el número de procedimientos tramitados por la Fiscalía en 2007 en esta materia se ha estabilizado en los últimos años: 527, asuntos, de los que 471 respondían a la violencia machista.
Las denuncias por malos tratos en el ámbito familiar se han estabilizado en Ourense. Atendiendo a los casos que llegan a la Fiscalía, el número de procedimientos que se tramitan por este motivo se mantiene en cifras muy similares a las de los últimos años. Así, los 527 asuntos del 2007 (la mayoría de ellos, 471, por violencia machista) confirman la tendencia mantenida desde 2003, al situarse entre los 515 de aquel año y los 533 registrados en 2005 (periodo en el que más se denunció).
No obstante, y a pesar de la estabilización de las denuncias, el fiscal especializado en violencia de género, Julián Pardinas, percibe también un importante aumento del número de retractaciones o retiradas de denuncia de la víctima en la Comisaría o en la comparecencia en el Juzgado. Las cifras son claras: 117 personas desistieron el año pasado de la denuncia efectuada en un primer momento, frente a las 83 de 2006 y las 66 de 2005. Para Pardinas, tales cifras no deben sorprendernos, radicando su explicación en el posterior conocimiento que tiene la víctima, tras presentar la denuncia, de la trascendencia de la misma y de sus consecuencias jurídicas. En este sentido, desde la Fiscalía seguimos en la permanente lucha de convencer tanto a las víctimas de la importancia y necesidad de su colaboración, de lo esencial que es su testimonio en el juicio oral, como a otros estamentos sociales directamente relacionados con ellas (trabajadores sociales, Policía, Guardia Civil...) para que cooperen activamente con nosotros en tal difícil tarea. No en vano, el testimonio de la víctima es la principal prueba de cargo en casos de violencia de género y su negativa a declarar contra su agresor suele llevar aparejada la absolución de éste.
El perfil
Por otro lado, en lo que respecta al perfil del maltratador en el ámbito familiar y teniendo en cuenta que la mayoría de los casos denunciados eran violen cia de género, no es de extrañar que 497 de los agresores por delitos de este tipo fueran hombres, frente a 43 mujeres. En cuanto a la relación de parentesco de las víctimas y los agresores, la mayoría de los casos se produjeron entre parejas (234) y matrimonios (217).
Al margen de las relaciones sentimentales, la Fiscalía registró 32 casos en los que el agresor era padre de la víctima, lo que implica una reducción con respecto a años anteriores (50 en 2006). Asimismo, la franja de edad comprendida entre los 31 y los 50 años es la de mayor riesgo para ser víctima de la violencia familiar (262), según los datos manejados por el fiscal especializado en esta materia. El mismo tramo de edad es también en el que se registra una mayor incidencia de agresores (272). Le sigue en ambos casos la franja de edad entre los 18 y los 30 años.
De los datos de la Fiscalía cabe señalar también que alrededor del 70% de las sentencias dictadas el año pasado por asuntos de violencia de género fueron condenatorias.
No obstante, y a pesar de la estabilización de las denuncias, el fiscal especializado en violencia de género, Julián Pardinas, percibe también un importante aumento del número de retractaciones o retiradas de denuncia de la víctima en la Comisaría o en la comparecencia en el Juzgado. Las cifras son claras: 117 personas desistieron el año pasado de la denuncia efectuada en un primer momento, frente a las 83 de 2006 y las 66 de 2005. Para Pardinas, tales cifras no deben sorprendernos, radicando su explicación en el posterior conocimiento que tiene la víctima, tras presentar la denuncia, de la trascendencia de la misma y de sus consecuencias jurídicas. En este sentido, desde la Fiscalía seguimos en la permanente lucha de convencer tanto a las víctimas de la importancia y necesidad de su colaboración, de lo esencial que es su testimonio en el juicio oral, como a otros estamentos sociales directamente relacionados con ellas (trabajadores sociales, Policía, Guardia Civil...) para que cooperen activamente con nosotros en tal difícil tarea. No en vano, el testimonio de la víctima es la principal prueba de cargo en casos de violencia de género y su negativa a declarar contra su agresor suele llevar aparejada la absolución de éste.
El perfil
Por otro lado, en lo que respecta al perfil del maltratador en el ámbito familiar y teniendo en cuenta que la mayoría de los casos denunciados eran violen cia de género, no es de extrañar que 497 de los agresores por delitos de este tipo fueran hombres, frente a 43 mujeres. En cuanto a la relación de parentesco de las víctimas y los agresores, la mayoría de los casos se produjeron entre parejas (234) y matrimonios (217).
Al margen de las relaciones sentimentales, la Fiscalía registró 32 casos en los que el agresor era padre de la víctima, lo que implica una reducción con respecto a años anteriores (50 en 2006). Asimismo, la franja de edad comprendida entre los 31 y los 50 años es la de mayor riesgo para ser víctima de la violencia familiar (262), según los datos manejados por el fiscal especializado en esta materia. El mismo tramo de edad es también en el que se registra una mayor incidencia de agresores (272). Le sigue en ambos casos la franja de edad entre los 18 y los 30 años.
De los datos de la Fiscalía cabe señalar también que alrededor del 70% de las sentencias dictadas el año pasado por asuntos de violencia de género fueron condenatorias.
